I Still Do el nuevo disco de Eric Clapton

Uno de los inconvenientes más cotidianos que podemos notar en los nuevos materiales de los artistas que cuentan con mayor longevidad dentro de la escena del rock y el heavy metal, es que después de de lanzar múltiples discos y tras años y años de carrera, desarrollan un sello personal que es casi imposible de modificar.

Y no es que esto signifique algo necesariamente malo, sino que muy a menudo la magia se desvanece, los discos no causan el mismo impacto en el público, y por lo general se terminan haciendo álbumes que se vuelven intrascendentes o que simplemente son buenos a secas, es decir, no tiene nada de espectacular. Para mí, esto último describe perfectamente I Still Do, el más reciente trabajo de Eric Clapton.

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No me mal entiendan, éste álbum al igual que todos los materiales del legendario guitarrista, goza de una calidad excepcional, tanto en producción –a cargo de Glyn Johns, también productor de Slowhand (1977) y Backless (1978)- como en ejecución, pero el detalle aquí, es que no te ofrece absolutamente nada nuevo.

I Still Do es una fórmula que Eric Clapton ha utilizado hasta el cansancio en numerosos trabajos anteriores, la cual consiste básicamente en tomar diversos clásicos de blues y temas de otros grandes artistas y hacerles un cover, junto con uno que otro tema original –y a veces medio chafón– para rellenar el disco, algunos ejemplos de esto pueden ser los álbumes Reptile (2001) Clapton (2010) Old Sock (2013) y básicamente casi toda su discografía que no se relaciona con Cream, The Yardbirds o sus otros proyectos -aunque de pronto también lo hacían-.

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Como dije anteriormente el disco es bueno, pero a secas, así como refieren en mi barrio, «no es para tirar cohetes». No lo voy a negar, tiene buenos temas, entre mis favoritos están Alabama Woman Blues, Somebody’s Knockin’, Can’t Let You Do It y I Dreamed I Saw St. Augustine (Bob Dylan), pero también hay otros que no me terminaron de cuadrar, aunque aquí ya entramos en el terreno de la subjetividad y la cuestión de gustos personales.

Lo que sí, es que todos tienen el indiscutible sello de la Stratocaster de Slowhand, por bueno, malo o equis que esto sea. Para mi, I Still Do es un disco con muy poco brillo, bien realizado, pero hasta ahí. A pesar de todo esto, te extiendo una invitación para que lo escuches y compartas con nosotros lo que piensas de él, como siempre estimado lector, tú tienes la mejor opinión.