Published on septiembre 21st, 2018 | by Daniel Pimentel
At the Gates destrozando el C3 Stage
Fuera de Roger Waters, Deep Purple o los innumerables festivales que se están organizando por todos lados, para mí y para muchos At the Gates era uno de los eventos más esperados para este año y gracias a la invitación de ACK Promote pude estar en primera fila disfrutando de esta enorme banda sueca de death metal.
Es curioso, pero los papeles a la hora de los conciertos se han invertido. Antes solíamos llegar a tiempo al evento, pero nunca comenzaba a la hora indicada, siempre se prolongaba por una o dos horas más hasta que los asistentes se enardecían, se emborrachaban, o se terminaban de juntar. Hoy en día la cosa es diferente. El evento comienza en punto, pero todo el mundo llega a la última banda.
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Esto de verdad es una pena ya que se pierden de algunas buenas propuestas nacionales, aunque francamente puedo decir que los entiendo, ya que llegar a “disfrutar” un show con algunas cervezas de pre-copeo resulta más económico que agarrar la fiesta en el establecimiento en donde una caguama te cuesta 100$. Pero me estoy desviando del tema.
La noche comenzó como -casi- siempre, poca asistencia, pero buenas bandas teloneras. Los encargados de comenzar la fiesta fueron Evil Entourage, una banda de death metal originaria de Tampico, Tamaulipas que actualmente viene con una nueva producción titulada Into the Void (2018) y en la que destaca el tema Depopulate en el que tienen una colaboración con Frank Mullen, el ahora ex vocalista de Suffocation.
Después de esta excelente demostración de death metal nacional, tocó turno a otra buena agrupación local, Imminent Reaper, una banda que francamente no había escuchado, pero que me pareció bastante decente, con una propuesta sólida. Al subir al escenario tuvieron algunos problemas técnicos, pero afortunadamente el resto del evento continuó sin ningún problema.
En este punto de la tocada el recinto estaba más lleno, aunque debo decir que no llegó a su máxima capacidad, por supuesto, esto nunca ha representado un problema para mí, al contrario, disfruto más de las bandas cuando hay menos gente, pero esas son mis ondas de chavorruco.
Llegaron las 10:30 de la noche y por fin llegó lo que todos esperábamos, Tomas «Tompa» Lindberg y compañía se hacían del escenario y ni cortos ni perezoso comenzaron a inundar el C3 Stage con su death metal tan característico.
Desde los primeros acordes se encendió el ambiente y hubo temas para todos. Como bien sabemos, At the Gates se encuentra promocionando su álbum To Drink from the Night Itself (2018), sin embargo también tocaron de sus materiales más clásicos, incluyendo una buena parte del Slaughter of the Soul (1995), que en mi opinión es su álbum más completo.
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Hay mucho que decir sobre este concierto pero poco que se pueda expresar con palabras, para mí fue un éxito de principio a fin, no sólo por la excelente actitud de la banda y por supuesto su presentación llena de energía y además cargada con muchos clásicos, también está el hecho de que no veía a una audiencia tan motivada desde que Red Fang nos visitó en Febrero.
Por fin se vieron destellos de slam y aunque el evento en sí duró muy poco -alrededor de dos horas y media- creo que fue lo justo y necesario para dejar una gran marca en todos los que somos fans de la banda.
Fotos y portada: Sebastián Torres Villafaña