Published on junio 16th, 2017 | by Esencia de Antes
El demoledor regreso de Sodom a GDL
Hace ya unos años, cuando vi a Sodom por primera vez en el Festiva Hell & Heaven, recuerdo que los vi de lejos, sólo me importaba dar vueltas en el pit como si no hubiera un mañana; esto es muy común en este tipo de conciertos, vas al desmadre, las bandas duran un instante en el escenario, no hay tiempo para apreciarlas. Afortunadamente, hoy después de 4 años de aquel evento, los alemanes regresaron a sacar esa espinita que dejaron en sus espectadores al verlos tocar un buen rato como banda estelar y no como parte de un festival.
El show se llevo a cabo este jueves 15 de junio en las instalaciones del C3 Stage de Guadalajara, el horario se cumplió al pie del la letra, comenzó a las 8:00 en punto con los tapatíos de Imminent Reaper una banda que nació en 2013 teniendo (en pocos años) un sonido bastante solido y demoledor, estos representantes de la escena local se encargaron de prender la mecha de los metalheads y calentar motores para recibir a los alemanes.
En punto de las 9:30 y aplicando la de «hazte esperar para que la gente enloquezca» salio corriendo el guitarrista Bernd Bernemann seguido por Thomas Such (bajo y voz) y Markus «Makka» Freiwald (batería), además claro de los gritos eufóricos del publico.
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Es impresionante como bandas de la talla de Sodom logran reunir a tantas generaciones, entre el publico había personas de «edad pronunciada» hablando de lo diferente que se escuchaba In Retribution, -canción con la que abrieron el show y también primer track de su ultima producción Decision Day-, a comparación de sus primeros trabajos como un Persecution Mania (1987) o Agent Orange (1989); a la par de estos sabios inconformes estaban atiborrándose al centro un puñado de metaleros que como es tradición comenzaban a darle forma a un Pit, importándoles poco si Sodom cambio o no de sonido; a tirar putazos y mover la greña, a eso se va a un show de thrash añejo como el que fabrica Sodom.
Los alemanes tocaron prácticamente una canción por disco, al dar por terminado el evento y después de escuchar los gritos que exigían salieran tocar un poco mas, regresaron de nuevo para tocar 3 piezas mas, dando por terminado su concierto con Bombenhagel del Persecution Mania (1987) y dejando en éxtasis y con dolor de cuello a todos los espectadores que coreaban al ritmo del «¡olé! ¡olé!» el nombre de Sodom.
Para finalizar debo decir que fue muy notoria conexión que sintieron los músicos con el publico y su bandera con el tricolor mexicano fue testigo de que probablemente regresaran en un futuro para seguir moviendo generaciones.
Texto y Fotos: Edith García