Published on junio 23rd, 2017 | by Luis Fernando Reyes

Neil Gaiman, American Gods y la fantasía para entender la realidad

“No ve ninguna estrella quien no ve ante todo
hebras de plata viva que estallan de pronto
como flores en una canción antigua,
que el eco musical desde hace tiempo, persigue.
No hay firmamento, 
sólo un vacío, o una tienda enjoyada,
tejida de mitos y adornada por elfos; y ninguna tierra,
sino la matriz de donde todo nace.
El corazón del hombre no está hecho de engaños
y obtiene sabiduría del único que es Sabio
y todavía lo invoca. Aunque ahora exiliado,
el hombre no se ha perdido ni del todo ha cambiado.»

Poema de Mythopoeia, J.R.R Tolkien

La imaginación es infinita e inmensamente poderosa, tanto que puede dar vida a universos enteros que palpitan individualmente pero que nacen del mismo espíritu inquieto que siempre está intentando rasgar el velo de la realidad con su espada plateada.Por eso es que nos relacionamos tan fácilmente con lo fantástico, con eso que nuestros sentidos no pueden captar o interpretar del todo pero que de una manera u otra nos atrae como si hubieran puesto un hechizo en nosotros (bien ahí Screamin’ Jay Hawkins).

Paradójicamente estas “mentiras susurradas a través de plata” (como diría C. S. Lewis) son un medio perfecto para comprender la realidad, y precisamente esa dualidad es tierra fértil para Neil Gaiman pues en sus obras lo fantástico es un vehículo para explicar lo real y viceversa, hasta que en un momento determinado ambos conceptos se fusionan para darle un nuevo sentido a las cosas o en el mejor de los casos, intenta demostrar que lo fantástico y lo real no son opuestos irreconciliables sino partes complementarias de la existencia.

Neil Gaiman, American Gods, Shadow Moon

Shadow Moon. Imagen vía http://americangods.wikia.com

Neil Gaiman tiene una amplia trayectoria en la que ha sido reconocido con los premios más importantes de la literatura fantástica, también tiene una bien cimentada fama en el mundo del cómic (al cual ingresó de lleno después de entrevistar al mítico Alan Moore) gracias obras como The Sandman, The books of magic o Batman: Whatever Happened to the Caped Crusader?, entre otras, además algunos de sus libros como Stardust o Coraline han sido adaptados a la pantalla grande y ha sido guionista invitado en las series Doctor Who y Babylon 5. Pero no fue hasta este año que el canal de televisión por cable Starz (responsable  de joyitas como Ash vs the Evil Dead, Black Sails, Spartacus y Outlander) lanzó la adaptación de uno de sus libros más icónicos: American Gods, que fuera publicado en 2001 y que un año después arrasaría con los premios Hugo, Nébula, Locus y Bram Stoker.

Neil Gaiman, American Gods, Mr. Wednesday

Mr. Wednesday. Imagen vía http://americangods.wikia.com

Starz dejó el proyecto en manos de Bryan Fuller (Dead Like Me, Pushing Daisies, Hannibal) y Michael Green (Smallville, Everwoods, The River) por lo que desde un primer momento todo se alineó de la manera correcta para crear un fabuloso audiovisual que sin duda es de lo mejor en lo que va del año. Llegados a este punto debo de admitir que yo tenía mis dudas sobre la transición del texto a la pantalla debido a que inocentemente creía que la magia de Neil Gaiman no iba a poder ser plasmada de manera contundente en la serie y bueno, estaba muy equivocado porque al final no lo lograron sino que superaron mis expectativas gracias a las fabulosas actuaciones, efectos visuales, música y a esos épicos monólogos que eran la columna vertebral de cada capítulo.

American Gods nos narra la historia de Shadow Moon (Ricky Whittle) quien al salir de la prisión se encuentra en medio de un conflicto entre los dioses de todas las épocas, mismos que lejos de ser gloriosos se ocultan bajo la fachada de personas comunes y hasta cierto punto grises por las que no darías ni un peso.

Dicho enfrentamiento está protagonizado por los viejos dioses (nada que ver con GoT) quienes buscan mantener las tradiciones ancestrales para mantenerse vigentes en un mundo que cada vez está menos dispuesto en creer en ellos o a respetar el pasado, estos están representados por Mr. Wednesday aka. Odín (Ian McShane) quien busca por todos los medios conseguir que más dioses del mundo antiguo se sumen a su cruzada pues finalmente es un dios de la guerra y nada lo mantendría más vigente que un conflicto de estas características.

En contraparte se encuentran los dioses modernos que quieren erradicar por completo todo vestigio del mundo antiguo ya sea modificándolo para servir a sus intereses o simplemente desapareciéndolo, y aquí es donde muchos se pierden porque estas deidades no tienen nada que ver con el concepto de dioses que conocemos: no tienen templos ni efigies de piedra, cultos obligatorios o códigos morales a seguir pero sobretodo no representan al mundo natural sino a lo artificial, es decir, son la modernidad encarnada.

Por ejemplo en Technical Boy (Bruce Langley) que es un adolescente (lo cual tiene sentido porque es el que “nació” más recientemente) con una lengua muy larga y con ropa muy aguada, o Media (Gillian Anderson) que es la encarnación de los medios de comunicación y que un momento puede verse como un personaje de una vieja serie de televisión, otro como David Bowie o Marilyn Monroe pero ninguno caracteriza la actualidad como Mr. World (Crispin Glover) que no es otra cosa que la globalización impulsada por el sistema capitalista. En este contexto, Shadow Moon, que es una persona normal que ni siquiera tiene la seguridad de creer en algo, se convierte en la manzana de la discordia entre ambos bandos pues aparentemente en sus manos está la posibilidad de modificar la balanza y para ello lo hacen ver su suerte.

Neil Gaiman, American Gods, Media, David Bowie

Media. Imagen vía http://www.concierto.cl

Esta inteligente trama fue muy bien adaptada del libro a la televisión, los personajes son un retrato fiel, la historia no pierde ritmo aunque se le tuvieron que quitar algunas cosas y agregar otras para hacerla funcionar, las actuaciones son de primer nivel, la música desde el intro es fabulosa, pero sin duda lo que se lleva todas las palmas es el aspecto visual, es simplemente impresionante y atrapa desde el inicio.

Sin embargo a mi parecer, el rasgo característico de American Gods (ese diferenciador que la hace única y especial) son los mini monólogos que le dan sentido a cada capítulo, en los que se hablan de temas como la esclavitud, el capitalismo, el feminismo, la naturaleza o de la vida y la muerte cada uno recitado por un personaje específico que refuerza su rol al interior de la historia mientras refuerza la misma, lo que refleja el buen trabajo de los guionistas.

Todo esto salpicado con un humor muy negro, sobre todo al momento de hablar de temas de actualidad de hecho uno de los chistes recurrentes en la serie es la naturaleza del cristianismo y las múltiples encarnaciones de Cristo que lo hacen ver como un dios fácilmente remplazable.

Finalmente, American Gods se trata del enfrentamiento entre dos visiones distintas del universo que no pueden coexistir, ninguna es mala o buena, sino que cada una tiene sus propios lineamientos que a su vez contradicen a la otra pero que muy en el fondo buscan lo mismo: el control sobre la naturaleza creadora del hombre, toda la pugna se centra en hacer que el hombre crea o deje de creer en algo lo cual es algo imposible por lo que la lucha en sí misma es fútil, así ambas partes sólo están girando en un ciclo absurdo y por eso es que Shadow Moon es fundamental en sus planes.

Tanto el texto de Neil Gaiman como la serie son excelentes, por esta dualidad que manejan misma que nos lleva a preguntarnos si en verdad vivimos en un constante enfrentamiento o si somos parte de algo más grande y lo que en verdad necesitamos es aceptarlo para poder trascender.

Portada: www.bustle.com


About the Author

Luis Fernando Reyes

Estudió Comunicación en la Universidad del Valle de México y trabajó el diario Excélsior así como en Radio Fórmula. Actualmente colabora en las publicaciones digitales “Esencia de Antes” y “Revista Circe” en las escribe con temas relacionados con la cultura popular.



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