Published on mayo 13th, 2016 | by Esencia de Antes
0Entrevista con Brenda Marín, parte 1
Brenda Marín es una mujer multifacética, poseedora de ese particular talento que logra mezclar lo vocal con lo escénico, que impresiona hondamente a quien la ve y escucha. Así fue a mitad y a finales de los años 80’s, cuando con la banda Abaddon ofrecía tocadas llenas de metal, energía y cuero negro. O cuando apareció abruptamente en la televisión de entonces-en un segmento de ECO/Televisa-. Sorprendiendo a propios y extraños.
Porque, hasta entonces, no había mucho metal en español y nacional en ese medio tan cerrado. Para los más metidos en la entrañable escena under de los 80’s, verla en vivo en lugres como el foro Isabelino, o “la catedral del metal” La Arena López Mateos, junto con Abaddon, era memorable. Ver a una chica comandando -sí, aunque les incomode a los otros integrantes fundadores, machines: los comandaba una gran dama del metal- con actitud y presencia escénica al ritmo de buen heavy metal; y que gracias al toque de Brenda resultaron ser una banda emblemática de aquellos ya lejanos años.
Después vendrían las consabidas “diferencias musicales” con el grupo. Brenda siguió su camino artístico con proyectos tan interesantes como Carne Lunar, Ultimatum, y su propio proyecto solista, llamado simplemente «Brenda Marín». Proyectos que iban más allá del heavy metal básico, y más allá de cualquier categoría musical facilona. Pues era música que combinaba lo experimental y hasta el performance. En esta charla, Brenda Marín nos habla de sus orígenes, sus influencias primarias- sin tapujos, ni poses de “true”-, de cómo se integró a lo que sería Abaddon, y de cómo era la incipiente escena rockera/metalera de los años 80’s.
¿Cuál fue el origen de Abaddon?
Yo me juntaba mucho con Ulalume Zavala -cantante de Casino Shangai, banda de culto y pioneros del sonido synth pop en México. Ed.-, andaba de su groupie, jaja. No, yo digo que de su “mascota”. No, en realidad la admiraba mucho, me gustó mucho el trabajo de Casino Shangai. Ya tenía mucha amistad con Humberto Álvarez y con Mario Rivas desde MCC (Acrónimo de “Música y Contracultura”, otra agrupación legendaria). Y Cuando conocí a “Ula” supe que Humberto -Alvaréz- estaba trabajando en su grupo -Casino Shangai-, y me encantó, me gustó más el material de Casino Shangai, que el de Música y Contracultura, pese a que Mario Rivas era mejor cantante; por que las letras -de Ula- eran una poesía surrealista maravillosa, y ella tenía una capacidad vocal y escénica muy a lo Nina Hagen; me enamoré de su trabajo, de su arte, perdidamente. A mí me parece que Ulalume Zavala es un talento muy desperdiciado en México, por que pudo haber sido la única estrella verdaderamente internacional, con una calidad al nivel de una Annie Lenox. Pero hubo muchos factores que no lo permitieron.
Entonces, andaba yo con Ula, y claro yo también era músico, y también soy cantante, y un día le dije a Ula, fíjate que yo tengo ganas de armar una banda, de cantar en una banda de Rock.
¿Crees que fue tu inspiración verla a ella en el escenario?
Sí, ella fue mi inspiración, definitivamente; ella me inspiró a querer ser -como ella-. Y Ula me dijo, bueno, en “Banda Rockera”, en “Conecte” y en esas revistas, de repente salen convocatorias de gente que quiere vocalistas ¿porque no buscas algo?
¿Más o menos en que año fue?
1985, un poquitito después del terremoto…. -Se hace un silencio, solemne, las memorias de esa época convulsa parecen llegar en oleadas hacia Brenda- Y Entonces empecé yo a buscar y me encontré con un anuncio que decía, “Ciudad de Humo solicita gritante”, comunícate a tal teléfono con Alfredo; o había otros anuncios que decían “grupo de hard rock solicita gritante”…
¿Tú compraste la revista en el Chopo?
Compré la revista; no me acuerdo si fue el Chopo o en donde, pero la compré. Y fui a la audición; y fui como me vez, siempre me he vestido con ropa “típica”, con el pelo, creo que lo tenía corto en ese momento, con rebozo; no parecía yo metalera. Y puse una canción de Quiet Riot -C´mon Feel the Noise – y una de Twisted Sister, porque me dijeron que era-una banda- heavy…
-Es que eso era el heavy de esa época…
Brenda: En ese momento eso era el “heavy”, para mí. Yo no conocía, lo confieso, a muchas de las bandas metaleras que había en ese entonces, hasta después. Mis influencias eran otras. Yo era muy fanática de Rafael, y de –la cantante española- Massiel; y tengo en mi manera de cantar una influencia muy marcada de Rafael; yo creo que es uno de los más extraordinarios vocalistas que ha habido en habla hispana, porque no solamente canta muy bien, sino que tiene una extraordinaria expresión actoral, cosa que le falta a muchos –cantantes-.
Yo me crié, obviamente, con gente de teatro (la familia de Brenda, por el lado materno, estaba compuesta en parte por actores teatrales, bailarines y cantantes, Ed.), y mi mamá escuchaba una estación de radio llamada la RH, que era de pura música española. Y una de mis tías se especializaba en ser bailarina de flamenco y en cantar cuplés. Yo de niña escuchaba a Sara Montiel, escuchaba la RH -estación de radio- y escuchaba, en la 6.20, a todos los artistas franceses de la época de los 60’s : a Édith Piaf, a Charles Aznavour, Charles Trenet, etc. Porque yo fui niña en los 60’s. Yo nací en 1960 ¿a quién diablos querían que escuchara? Mis tías no fueron fans de los Beatles…
¿Era como lo “prohibido” en esa época?
No, simplemente no les gustó. Ellas eran fans de los cantantes italianos y franceses; de los grandes vocalistas europeos. Y la música de rock les parecía como me parece a mí ahorita la –música de- banda.
(risas) ¿A ese nivel?
Realmente en los 60’s –el rock- era música para bailar. Mis tías no pensaban que el rock se iba a desarrollar en lo que después fue. Los Beatles la revolucionaron, le metieron más melodía, le metieron más arreglos, le metieron ideología, y le metieron muchas cosas que antes no tenía -el rock-. Y obviamente dio un vuelco. Como yo lo acabo de platicar con unas de mis tías: por favor ¿porque no te gustaron los Beatles? Tendrías algún disco que me regalaras que valiera millones ¿no? Me dice: “Porque no mija, yo oía a Charles Aznavour”. Así me crié. Y obviamente entre los 11 y 12 años yo escuchaba a Rafael y me aprendí todas sus canciones. Y con el empecé a cantar, porque mi mamá- a pesar de ser ella artista- consideraba que yo no era una niña muy afinada, y nunca me dieron instrucción musical que la básica: donde escribir las notitas en el cuaderno pautado, y como se llamaban las notas…
Tal vez no quería que te encausaras a lo artístico.
Brenda: Mas que no encausarme a lo artístico mi mamá pensó que no tenía mucho talento en lo musical, punto.
(risas) Esas mamás.
Porqué yo vivía junto a una lumbrera: mi hermano era concertista de piano, a los 17 años ya tocaba a Debussy , ya tocaba a Liszt, ya tocaba a Beethoven, ya tocaba a Chopin; y todo a primera vista. Le ponías las partituras y tocaba. Entonces cuando vives y creces frente a un talento musical, que hasta lo becaron para ir a Austria, fíjate el nivel. Obviamente –ante eso- yo no era nada. Pero yo por mi cuenta me empecé a aprender las canciones de Rafael y de Angélica María, en discos. Cuando me dijeron que no podía estudiar teatro, ni música, les hice huelga y me salí de “la Prepa”, y les dije: pues no estudio nada. Entonces mi mamá me dio el espaldarazo para empezar a trabajar en teatro, y empecé a hacer teatro con ella, en escena. Yo debuté haciendo “entremeses Cervantinos” en giras por la república. En el elenco estaban varias profesionales, y mi mamá también.
Pero empecé como actriz, no como cantante. Mientras estudiaba yo música; porque si me dieron chance de entrar a estudiar música. Porque justamente el haber estudiado a Rafael, y a Massiel, y a Angélica María me permitió poner muchas canciones. Y me la pasaba por todos estos lugares, de la Unidad Plateros -porque aquí vivía-. Y me la pasaba cantando, cuando iba para mi casa, y había gente que se asomaba por las ventanas y me aplaudía. Con un maestro de teatro pusimos una adaptación de Jesucristo Súper estrella, con composiciones de él. Y me puso una canción que cantaba Magdalena con Jesucristo en la cruz, que en verdad era bellísima. Y no sé cómo le hicimos, pero la montamos muy bien, e invitamos a todo el vecindario.
Y cuando mi mamá fue a verme, fue la primera vez que me veía en el escenario cantar, y se le cayeron los chones, y dijo “whaaat?” Y fue cuando por fin me dio permiso de estudiar música. Y me encamine con la música, con el sueño de querer ser actriz; porque yo realmente quería ser actriz; terminé siendo cantante; porque después de ir a audicionar con -lo que después sería Abaddon-. Empezaron a tocar “Noches de Metal”- definitivo himno metalico de la época. Ed. -, y a ver cántala tú, esta es la letra; y a ver si lo pescas; porque ninguno de ellos me dio la melodía; y a ver que puedes hacer ¿no? Y yo empecé, y prácticamente en cinco minutos había creado –la línea vocal- de la canción. Y entonces me dijeron, te quedas. Y me quedé. Y después, platicando, le cambiamos el nombre al grupo porque yo les dije, pues -el nombre- Ciudad de Humo, como que no se lleva con el concepto…
¿Porque originalmente ese era el nombre? ¿Ciudad de Humo?
Sí, porque tenían de vocalista a Jaime Rojas de Escoria -banda de punk capitalina-, entonces con el tenían una tendencia más al hardcore-punk, que al metal. Y ellos querían hacer metal. Cuando entre yo vieron la oportunidad de hacer metal; y empezamos a poner todas las canciones. Como yo tenía ya nexos con el teatro comenzamos a trabajar en presentaciones…
Fin de la parte 1; continuará; porque, créanme, Brenda Marín tiene muchas cosas interesantes que contarnos. Sobre el metal, la escena, el periodismo, las temáticas ocultistas y muchas cosas más.
Portada: http://www.lacloacainternacional.com/