Published on agosto 1st, 2022 | by Isael Serra
Blue Öyster Cult, veteranos de la era dorada
Mucho se habla de bandas fundamentales de Hard Rock que iniciaron a finales de los años 60 y dominaron el panorama rockero de los años 70. Bandas que ahora consideramos clásicas, como Led Zeppelin, Black Sabbath, Deep Purple, Queen, Thin Lizzy, Cream etc. Pero se le da poco valor a una banda que fue la respuesta americana a las antes mencionadas, una banda con una discografía y una influencia impresionantes, nos referimos a Blue Öyster Cult.
Si bien es cierto que las estaciones de radio que emiten “rock clásico” suelen poner dos de sus canciones I’m Burning for You y Don’t Fear the Ripper (aunque en nuestro país, la estación Universal Stereo solía poner la canción Godzilla de vez en cuando; y que a veces se les menciona en la cultura popular, como en ese famoso sketch de Saturday Night Live, more cowbell), la realidad es que es un grupo al que no se le ha dado su debido reconocimiento en el Olimpo del rock.
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Muchos de sus discos, que tan influyentes fueron para otros grupos y para el desarrollo de esta música, no salen mencionados en las grandes listas de “lo mejor del rock”. Sus innovaciones, como lo fue el uso del rayo láser en los conciertos, son poco reconocidas y cuando los fans de la banda hablamos con otros fans del rock acerca de las glorías de Blue Öyster Cult, y de lo maravilloso que es el disco Cultösaurus Erectus (1980) se nos quedan viendo como a desfasados bichos raros; y si, puede que lo seamos; pero esa falta de reconocimiento no es algo justo para tan tremenda banda.
En lo que a nosotros respecta, en Esencia de Antes no dejamos de alabarlos, sufrimos con la cancelación del festival Domination 2020, donde BÖC se iba a presentar, y festejamos el lanzamiento de dos canciones que son el adelanto del que será nuevo álbum para este año, llamado The Symbol Remains. Porque, aunque usted no lo crea, BÖC es una criatura que sigue viva y dando coletazos en pleno 2020. Es por ello que en esta ocasión les rendimos homenaje repasando algunas de sus etapas clave, y si usted amable lector, aún no está metido en el alucinante mundo de Blue Öyster Cult, pueda tener una referencia a la mano, y estar preparado para el nuevo disco que se estrenará este Octubre.
Orígenes del culto
La banda se formó en el lejano año de 1967 en la localidad de Stony Brook, Long Island, Estado de Nueva York. Un lugar eminentemente estudiantil y de hecho los miembros se conocieron en una casa para estudiantes de la principal Universidad local, lo cual ya le da a la agrupación cierto aire de comuna.
Al principio tenían el nombre de Soft White Underbelly (una cita de Wiston Churchill refiriéndose a Italia como “el blando vientre blanco” del nazismo europeo). Recordemos que por esos años se acostumbraba tener nombres largos y algo incoherentes. Así que el hecho de que luego lo cambiaran por el más críptico Blue Ösyer Cult, no fue mucha sorpresa. El nacimiento de ese nombre también tiene cierta ambigüedad, y varias interpretaciones, así como su legendario logo: una cruz, o símbolo que recuerda a un signo de interrogación.
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El origen más probable del nombre es la que menciona en una entrevista su líder espiritual, manager y compositor, Sandy Pearlman, quién no estaba contento con el nombre original de la banda y buscaba nuevas ideas, y al asomarse por la ventana de un restaurante vio en la pizarra del menú la frase “Blue Point Oyster”, que es un regionalismo para los ostiones de la zona de Long Island y de ahí sacó la idea. Ya después Pearlman hizo un alucinante poema donde los Blue Öyster Cult eran un grupo de extraterrestres que guiaban secretamente a la tierra, ya saben, los psicodélicos finales de los años 60, principios de los años 70.
No a todos en la banda les gustó el nombre pero se quedó, además de que a los de la idea les interesó la posibilidad de agregarle diéresis a la “O”, influenciados por la lengua alemana, algo que vocalmente le da más énfasis a la pronunciación. Esta idea de poner diéresis luego fue copiada por bandas como Motörhead o Mötley Crüe. Y aceptémoslo, esos detalles nos gustan.
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En 1968, gracias a los esfuerzos del manager e ideólogo Sandy Pearlman, el novel grupo, cierra un contrato con la discográfica major Elektra, algo que entonces era todo un logro. Sin embargo aunque grabaron un disco en la vena del rock psicodélico imperante en la época, la disquera decidió no editarlo. Esto llevaría a ciertos cambios en el grupo, sobre todo a buscar un nuevo enfoque musical.
Blue Öyster Cult: La era blanco y negro
En 1970, Black Sabbath causaba sensación en el mundo del hard rock; hasta entonces pocas bandas habían logrado esa potente conjunción entre sonidos duros e imagen ligada a lo ocultista. El heavy metal nacía formalmente y los Blue Öyster Cult tomaban nota de esto. El lince de Sandy Pearlman quería hacer de BÖC el Black Sabbath norteamericano.
Este sería el inicio de la etapa más clásica de la banda, conocida por los fans como la era “blanco y negro”, puesto que sus tres primeros discos tenían misteriosas y sobrias portadas en blanco y negro. Bajo el sello Columbia records apareció en 1972 su disco debut homónimo, donde el sonido de la banda ya era definitivamente hard rock, aunque algunos toques psicodélicos seguían ahí, y el conocido logo de la banda ya aparecía en la portada.
De éste disco se desprenden canciones clásicas como, Then Came the Last Days of May o Cities on Flame with Rock and Roll. Un disco potente, orientado al riff, que influyó en el entonces naciente heavy metal. En ese período giraron junto a The Alice Cooper Band. Algo interesante del grupo es que varios miembros tomaban el puesto de vocalista.
Apenas un año después, se edita su segundo álbum, Tyranny and Mutation que tendría mejores ventas que el anterior y, en donde comenzaría la colaboración entre la banda y Paty Smith, quién contribuyó en varías letras del grupo con su poesía rockera, pues mantenía una relación romántica con el Allen Lanier, guitarrista y tecladista del grupo. Se puede decir que Paty Smith era como un miembro más de Blue Öyster Cult en esos años dorados. Con este álbum la crítica especializada comenzaba a ver a la banda como un nombre a tener muy en cuenta en la escena norteamericana del rock 70s.
La trilogía de la era “blanco y negro” se cerraría con la obra maestra llamada Secret Treaties de 1974. El disco llegó a la lista de los más vendidos, y fue certificado como disco de oro en poco tiempo. La crítica se volcó en alabanzas, y es considerado uno de los discos de “proto metal” más emblemáticos y dio himnos como Career of Evil, Subhuman, Astronomy, ME 262, Dominance and Submission y su cover a Born to be Wild de Steppenwolf. Ahora el grupo ya no les abría a otros artistas, sino que eran headliners y llenaban estadios en su natal país y en otras partes del mundo.
Agentes de la Fortuna
El éxito comercial llegaba para la banda, giraban sin parar y eran reconocidos como una gran banda en vivo. Es por ello que su siguiente disco fue la grabación de un concierto, On Your Feet or on Your Knees, un disco doble, como lo mandaban los cánones de los 70, y el primero de una larga lista de discos “en directo”, que es otro de los sellos de la discografía BÖC, sus siempre efectivos discos de concierto.
Entonces llegaría su icónico álbum Agents of Fortune (1976), que contenía su mayor hit, (Don’t Fear) The Reaper, una enigmática canción, cuya letra corrió a cargo de la poetisa Paty Smith. Los astros se conjuntaron y este himno los catapultó, obteniendo rápidamente disco de platino, la canción sonaba en todas las estaciones de radio que trasmitían rock hasta la fecha.
En el disco los cinco miembros participan en las vocales, otorgándole esa vibra ecléctica a la obra, esto sucedió básicamente porque todos componían eficientemente, y aquí cada quién quería cantar la canción que escribió. Otro aspecto que marcó un hito en esta etapa es que la banda, siempre creativa, comenzó a utilizar un espectáculo de rayos láser en sus conciertos, algo hasta entones inédito, y que luego se convertiría en un estándar de la industria. Sin embargo, dicen los que saben (y los que asistieron a esos conciertos), que nadie utilizaba los láseres como lo hacían BÖC en esa época, donde los asistentes quedaban alucinados.
Luego llegaría otro gran álbum, aunque algo menospreciado hoy en día, Spectres de 1977, que contendría el himno al Rey De los Monstruos Godzilla, canción que inspiró al género del stoner rock; ¿y quién sabe?, tal vez inspiró también Kurt Cobain, porque el riff de este tema es bastante similar al de Smells Like Teen Spirit.
En cuanto a los conciertos de esa gira, está vez incluyeron en el escenario -como no- un prop de la cabeza de Godzilla, que encendía los ojos y sacaba humo por la boca. Todo aderezado con los láseres marca de la casa y, como registro de dicha gira, sacaron otro álbum en vivo, uno muy conocido titulado correctamente Some Enchanted Evening (1978).
Cerrando la década de los años 70, sacarían un disco algo pop, Mirrors, donde por primera vez dejaron de lado a su productor de cabecera Sandy Pearlman, y eso se notó. Pearlman entonces se fue a trabajar con Black Sabbat por un tiempo. Se acabaron los años 70 y con esto muchas bandas dejaron de reinar como acostumbraban.
Después del tropiezo comercial que significó este último material, BÖC debía regresar por sus fueros en el hard rock y vaya que lo hicieron, grabando uno de los discos más significativos de principios de los años 80, el ya mencionado Cultösaurus Erectus, una obra pulida, con las letras características de fantasía y ciencia ficción de la banda, esta vez llevadas a grandes alturas. Un disco fino y maduro, producido por el recién fallecido Martin Birch, y que estaba lleno de buenas canciones.
Esta obra, junto con el álbum Heaven and Hell de Black Sabbath -también producido por Martin Birch-, regresaron las esperanzas en el rock duro hecho por las bandas icónicas del género, cuando parecía que nuevos grupos como Van Halen los estaban rebasando. Aquí fue donde surgió el mítico tour en conjunto con Black Sabbath, denominado acertadamente “Black & Blue Tour”. Una combinación épica que quedaría inmortalizada en video.
La fórmula de BÖC y Martin Birch demostró ser ganadora y regresarían con otra joya en forma del disco, Fire of Unknown Origin de 1981. Su sencillo Burnin’ for You se vio beneficiado con MTV, quienes la programaron constantemente ese año. Varias de las canciones de ese disco estaban pensadas para aparecer en el soundtrack de película de animación “Heavy Metal”, sin embargo solo Veteran of the Psychic Wars apareció en dicha película.
De ese disco también se desprende la canción Joan Crawford dedicada a esa actriz de la época de oro del cine americano. Se hizo un video de dicha canción, que fue censurado por MTV por contener una escena demasiado sugerente (incuso en los años 80).
Fire of Unknown Origin fue un disco bien producido, comercialmente exitoso, y que sin embargo rockeaba. Eran otras épocas, donde el hard rock tenía su merecido lugar. Sin embargo este fu el último disco con el baterista original, Albert Bouchard, después de constantes discusiones con los otros miembros de la banda. Algo se fracturó en la maquinaría de BÖC y ya no volvería a ser igual.
Decadencia y resurrección del Cultösaurus
Llegaría otro disco “en vivo”, Extraterrestrial Live reviviendo las viejas glorías y que, como dijimos antes, rara vez los discos en vivo de Blue Öyster Cult fallan, pero ya no eran algo novedoso y, en su siguiente álbum en estudio, The Revölution by Night, comenzaban a mostrar signos de que la bestia estaba cansada.
Los años 80 fueron duros para algunas bandas que llevaban rockeando desde los 70, pues la competencia era fuerte, y los constantes cambios de integrantes, las giras extenuantes, y la búsqueda de un nuevo hit que pegara en MTV, podía agotar a cualquiera.
Es con su disco Club Ninja de 1985 que la banda logra levantar cabeza; sin embargo la crítica y los fans se habían vuelto más exigentes, y trataron duramente a la banda. La realidad es que este es un disco bastante digno y con una producción típicamente 80s que hoy resulta nostálgica. A partir de ahí, los cambios de integrantes y las malas reseñas terminaron por desmoronar la mística del grupo. Su disquera, Columbia, no estuvo muy convencida de su siguiente álbum conceptual Imaginos (1988) por considerarlo fuera de moda y le dieron nula promoción y apoyo. Luego de ese disco ya no colaboraron con la banda.
Los años 90 fueron duros para BÖC, sin embargo subsistieron girando continuamente en clubs. Es hasta 1998 que graban un álbum de estudio nuevo titulado Heaven Forbid y en 2001 apareció su material Curse Of The Hidden Mirror, que pasó sin pena ni gloria, a pesar de tener una recepción muy favorable por parte de la crítica especializada. En los últimos años se han lanzado ediciones de lujo de sus discos clásicos. A partir de ahí se les ha revalorado, como o que son: leyendas.
A pesar de tener entre sus filas a pocos miembros originales, Blue Öyster Cult sigue presentándose en festivales con buena aceptación. En el mes de Octubre de este 2020 lanzaran su nuevo disco titulado The Symbol Remains y, a juzgar por las nuevas canciones dadas a conocer, estamos hablando del triunfal regreso de esta banda tan subestimada, pero apreciada por sus fans, los veteranos de las guerras psíquicas.