Published on febrero 22nd, 2016 | by Esencia de Antes
0Umberto Eco, una vida dedicada a la Semiótica
“El que no lee, a los 70 años habrá vivido solo una vida. Quien lee habrá vivido 5.000 años. La lectura es una inmortalidad hacia atrás”
Umberto Eco
Cuando parecía que este inicio de año no podía ser más trágico, el cáncer nos dejó sin comandante en medio de “la invasión de los imbéciles”. El viernes por la tarde murió Umberto Eco, uno de los grandes pensadores del siglo pasado y quien fuera un pilar de la semiología moderna, además de ser un novelista mundialmente reconocido por obras como El nombre de la rosa y El péndulo de Foucault, aunque siempre aseguró que era un filósofo que escribía novelas los fines de semana, por lo que incluso sus obras de ficción son reconocidas como tratados de comunicación, semiótica y filosofía.
Eco nació en Alessandría, Italia un 5 de enero de 1932, aunque al poco tiempo su padre se tuvo que enrolar en el ejército para combatir en la Segunda Guerra Mundial por lo que la familia se mudó a un pequeño poblado de la región de Piamonte, en donde realizó sus primeros estudios en una escuela de corte religioso, como era acostumbrado en la época. Posteriormente se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Turín e inmediatamente comenzó a dar clases en su Alma Mater además de hacerlo en instituciones de Milán, Florencia y Bolonia, universidad donde creó la primera cátedra de Semiótica, durante este periodo también publicó algunas de sus obras fundamentales dicho campo, como son Obra abierta, Apocalípticos e integrados, La estructura ausente, La forma y el contenido, El signo y su Tratado de semiótica general.
Como novelista, presentó El nombre de la rosa en 1980, El péndulo de Foucault en 1988, La isla del día de antes en 1994, Baudolino en el 2000, La Misteriosa Llama de la Reina Loana en 2004, El cementerio de Praga en 2010 y Número Cero el año pasado (2015).
Pero su trabajo fue más allá de los libros, Eco tuvo una amplia presencia en publicaciones especializadas que refuerzan su obra semiótica, y cabe destacar que durante un tiempo se dedicó a difundir la cultura desde la televisión pública italiana y nunca dejó de ser requerido en emisiones de todo el mundo, por lo que su crítica feroz a los medios de comunicación estaba fundamentada en la experiencia propia.
Por su obra fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y con un lugar en La Legión de Honor de Francia además obtuvo el grado honoris causa en 38 de universidades en el mundo y fue parte del Foro de Sabios de la Mesa del Consejo Ejecutivo de la Unesco.
El trabajo de Umberto Eco modificó por completo la manera en que se percibía el mundo por lo que su partida deja una sensación de aturdimiento, pero su legado permanece como un faro que alumbra el camino de quien busca en los signos el sentido último de la realidad.
Descanse en paz.
Texto: Luis Fernando Reyes Ramírez