Published on enero 16th, 2016 | by Esencia de Antes
0La Literatura Fantástica luchando por preservar la magia
“Benditos los hacedores de leyendas con sus versos sobre cosas que no se encuentran en los registros del tiempo.”
–Mythopoeia, J.R.R Tolkien
«Si pudiera haber una alusión acertada al respecto, sería que la Literatura Fantástica es el Héroe que marcha sin miedo armado con una pluma como espada mágica mientras que los expertos, son los eternos villanos que en las sombras mueven los hilos de un mundo cegado por su luz falsa»
En 1930, durante una reunión entre escritores, C.W. Lewis aseguró que los mitos y la literatura fantástica eran “mentiras susurradas a través de plata” como clara muestra del desprecio que sentía hacia este género y hacia sus creadores a los que consideraba como menores ante la “literatura seria”, sin embargo, en esa misma reunión y platica se encontraba J.R.R. Tolkien quien no respondió en el momento a las declaraciones de su compatriota, sino que lo hizo a través de un poema titulado “Mythopoeia”, que en griego significa “creando mitos”.
Dicha obra inicia con la frase “Para uno que dijo que los mitos eran mentiras y por tanto sin valor, aunque sean “susurrados a través de plata”. De Filomito a Misomito” para después tejer su ideología mediante el uso de representaciones poéticas, con lo que Tolkien, fiel a su estilo y demostrando su maestría, crea un manifiesto de lo mágico frente al mundo de la razón, de la belleza de lo fantástico ante la decadencia del mundo, en el que pone al hombre, al escritor a la altura de un Dios que crea mundos nuevos con cada palabra.
Lo que sucedió después ya es parte de la historia, debido a que dicho poema cambio radicalmente la visión creadora de Lewis y le abrió un mundo de infinitas probabilidades que derivo en su obra “Las crónicas de Narnia”, demostrando que lo escrito por Tolkien no eran meras palabras, sino la magia en sí misma.
De ahí, a la fecha mucho se ha discutido al respecto en las aulas y en los círculos de expertos, sin llegar a un acuerdo simplemente ellos decidieron que el género era menor por lo que no había cabida para el en su mundo y el género por su parte ha crecido a pesar de ellos, ha cobrado vida propia, superando así las ataduras y alimentando a generaciones de artistas, escritores y no escritores, que han encontrado en el la puerta para liberar sus ideas, dejándonos así obras que hoy son consideradas como de culto a pesar de que la Academia se niegue a reconocerlo. Si pudiera haber una alusión acertada al respecto, sería que la Literatura Fantástica es el Héroe que marcha sin miedo armado con una pluma como espada mágica mientras que los expertos, son los eternos villanos que en las sombras mueven los hilos de un mundo cegado por su luz falsa.
Con el “boom” de series televisivas y cinematográficas hoy en día el género está ganando más adeptos, lo cual es por una parte resultaría lastimoso ya que por sí mismo no lo logro, pero que visto en el amplio espectro es algo que dota de nueva vida a todo este universo dándole las herramientas adecuadas para luchar en un mundo en el que los dragones son la televisión y el internet, con las cuales pueden invitar a las nuevas generaciones a unirse en una búsqueda por el sentido de la vida a través de epopeyas que contrastan con su realidad dándoles una perspectiva ideal para que ellos mismos vivan su propia aventura.
Y aquí estamos, 85 años después de que Tolkien le contestará a Lewis, aun batallando por salvar este mundo con las míticas armas que nos han legado los héroes y magos que susurran a través de la plata.
Texto: Luis Fernando Reyes Ramirez