Literatura

Published on enero 28th, 2016 | by Esencia de Antes

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Joseph Brodsky, virtuoso de la pluma

«Cuanta más poesía leemos, más aborrecible nos resulta cualquier tipo de verborrea, tanto en el discurso político o filosófico, como en los estudios históricos y sociales, o en el arte de la ficción. El buen estilo en prosa es siempre rehén de la precisión, de la rapidez y de la lacónica intensidad de la dicción poética».
-Joseph Brodsky

Un 28 de enero pero de 1996, muere en la ciudad de Nueva York, el escritor, poeta y ensayista ruso-estadounidense, Iosif Alexándrovich Brodsky, mejor conocido como Joseph Brodsky. Reconocido como uno de los más talentosos escritores que ha dado Rusia al mundo occidental en el siglo XX a la par de Pasternak y Ajmátova. Escritor de memorables obras entre las que se encuentran poemas, ensayos y obras de teatro. Mismas que lo llevaron a ser miembro de la American Academy of Arts and Letters, miembro traductor de la Unión de Escritores de San Petersburgo (traduciendo obras del ruso al inglés y español). Y digno merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1987.

Joseph Brodsky

Imagen vía http://our-russia.com/

Nacido en 1940 en Leningrado, de la aún Rusia soviética, genio de la pluma y autodidacta. Joseph Brodsky vive con el espíritu libertario del comunismo. De igual manera lo relata con una pródiga inventiva prosódica y estrófica en sus versos. Poeta que enfrenta un juicio a sus los 26 años al ser acusado de “parásito social”.

Viajó por Europa para exiliarse en Estados Unidos hacia 1972, país que lo acoge, en el que desarrolla su lírica y estética con gran soltura, y en el cual vive hasta encontrarse con la muerte. Admirador de Homero, Virgilio y Dante, de Eliot y Auden. Su amplio conocimiento de la poesía y su gran capacidad para escribir dotan de sentido la estructura polifónica empleada en sus poemas, siendo uno de los aciertos más relevantes de su obra.

joseph brodsky

Imagen vía http://www.lamajadesnuda.com/

De sus obras más conocidas y en las que refleja toda una nitidez ética e intelectual, reflejo de su propia experiencia se encuentran El fin de la bella época (1976), Parte de la oración (1977), En Inglaterra (1977), Nuevas estancias a Augusta (1983), Urania (1987) y Paisaje con inundación (1996). Al final escribe obras de teatro y durante todo su exilio una gran cantidad de ensayos recogidos en varios volúmenes, entre ellos y, de los más buscados Del dolor y la razón (1995).

Joseph Brodsky fue un poeta que deja huella en la historia literaria. Gran influencia de norteamericanos, rusos, ingleses y más por igual. En definitiva, genio de las lírica. Hoy lo conmemoramos con una pequeña muestra de su invención, la cual vale la pena leer y disfrutar.

Texto: Carlos Blancas

Y no importa que un vacío empiece a abrirse…

Y no importa que un vacío empiece a abrirse
de entre tus sentires, que tras la gris tristeza
crepite el miedo y, digamos, un foso de furor.
Porque en la era atómica, cuando tiembla hasta la roca,
podremos sólo salvar los muros del hogar,
los corazones, fundiéndolos con fuerza igual
y nexo semejante a la muerte que los viene a acechar.
Y temblarás al escuchar decir: «Querido».

Noviembre – diciembre de 1964

De «No vendrá el diluvio tras nosotros» (Antología 1960-1996)

Mi verso mudo, mi callado verso…

Mi verso mudo, mi callado verso
pero aciago -mal le pesen las riendas-,
¿a dónde de este yugo iremos a quejamos
y a quién decir la vida que llevamos?
Por mucho que, pasadas ya las doce, buscando
detrás de la cortina, con cerillas, el ojo de la luna,
expulses de los restos de tu mueca opaca
con la mano, en la mesa, de la locura el polvo.
Por mucho que embadurnes este engrudo escrito
más denso que la miel, ¿con quién quebrar
en la rodilla, o en el codo al menos,
una vez más, el trozo ya cortado, mi callado verso?

De «Parte de la oración» 1975 – 1976

El explorador polar

Todos los perros devorados. En el diario
no queda una hoja en blanco. La foto de la esposa
se cubre de palabras a modo de rosario,
clavado en su mejilla el lunar de una fecha dudosa.
Le sigue la foto de la hermana. Tampoco la respeta:
¡se trata de la latitud alcanzada! Y, cada vez
más negra, por la cadera trepa la gangrena
como la media de una corista de varietés.

22 de julio de 1978

De «No vendrá el diluvio tras nosotros» (Antología 1960-1996)

Fuente: A Media Voz


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