Los Simpson deben morir

Hace unas semanas me encontraba charlando con Luis Fernando, -amigo y colaborador de esta revista- sobre las nuevas temporadas de Los Simpson. Él me preguntó si es que había visto los más recientes episodios de la serie, ya que no concebía la idea que pudieran empeorar.

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Yo, como buen fan nostálgico de los capítulos clásicos, le comenté que no, que había dejado de verlos hace bastante tiempo ya -por ahí de la temporada 15-, aunque me había topado con algunos episodios «nuevos» ya con los cambios en el elenco de doblaje, la película, el crossover con Family Guy, etcétera, uno que otro habían tenido algunos momentos de lucidez y gracia en el desfile de porquería que eran los episodios.

A pesar de todo esto, la curiosidad me ganó ¿En verdad Los Simpson han empeorado? Digo, sabía que estaban muy jodidos, Pero ¿Cómo se puede estar peor que esto?:

Armado de valor y paciencia, puse algunos episodios de la últimas tres temporadas y debo decir que la Ley de Murphy tienen razón «No hay nada malo que no pueda ponerse peor», estas últimas temporadas no son sólo basura amarilla, sino que van más allá del umbral de lo repulsivo.

Desde hace tiempo ya, veníamos viendo ciertos factores que joden a Los Simpson. Por ejemplo:

No sólo los chistes malos y estúpidos, sino que también se vuelven insoportables, la sátira punzante fue sustituida por chascarrillos insulsos y ridículos, de esos que sólo personas como Beavis y Butthead encontrarían divertidos.

Las tramas profundas, ingeniosas, a menudo oscuras y críticas inteligentes, ahora son forzadas, repetitivas y carentes de sentido, además de que se le trata de dar continuidad a una serie que en realidad nunca lo necesitó.

Las apariciones de famosos son metidas con calzador y carentes de chispa -irónicamente satirizaron ésto en el episodio Detrás de las Risas (2000)- aunque ésto no es taaan nuevo, ya se venía dando en episodios anteriores ¿Un ejemplo? Britney Spears en el episodio La familia mansión, también del año 2000.

Tenemos además la paulatina pérdida de los rasgos esenciales de los personajes y su posterior transformación a estereotipos burdos e insípidos, en especial Homero, que pasó de ser un padre torpe, sarcástico pero muy divertido y con verdaderos destellos de inteligencia pura a un inoperable simplón.

Imagen cortesía de www.godissues.org

Todo esto, junto al cambio constante de los productores y guionistas ha mancillado la buena memoria de los viejos y gloriosos episodios de Los Simpson, y ha dejado un gran show convertido en un programa que lo único que ha mejorado es el couch gag -la escena del sillón- y a veces ni eso. Aunque hay que ser sinceros, la verdad es que la serie ya presentaba un deterioro gradual y constante desde la décima temporada, pero en realidad no imaginé que podían caer tan bajo.

Entiendo que buscan «criticar» nuestra sociedad actual, y que nuestra sociedad es basura, pero lo hacen de la manera más idiota, pesada e inverosímil posible, quizá lo realicen apelando a «ser más realistas», pero la verdad es que, les queda mal la fórmula, ningún episodio termina de embonar y es que por lo general, los guiones flojos, las parodias absurdas, y los chistes idiotas no son buenos elementos para construir un producto de calidad.

Se puede hacer una buena serie de crítica social de manera irreverente, irracional y al mismo tiempo divertida, ahí está el ejemplo de South Park que en sus últimas temporadas han retratado los eventos actuales de la humanidad de una manera brillante -a comparación de sus primeros capítulos que no tenían mucho chiste-.

Uno de los aspectos que más me sorprende de todo esto es que aún no hayan salido del aire, es como una vaca muerta que no dejan de ordeñar. La mayoría de las series de televisión termina entre la décima y duodécima temporada y esto por una razón principal, a medida que pasa el tiempo, se vuelve más complicado mantener la frescura en los episodios venideros.

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Hay una verdad entre todo esto, y es que la nostalgia vende. Si la Fox no ha dejado de lado la serie es por la legión de fanáticos que aún nos sentamos a ver los viejos episodios de Los Simpson una y otra vez, repetimos cada diálogo, cada chiste y cada secuencia durante el episodio. Añadimos las frases y situaciones más clásicas de la serie en nuestras conversaciones cotidianas o las usamos de ejemplo para describir alguna circunstancia de la vida e incluso las usamos como referencia en nuestra escuela o trabajo y uso mi propia experiencia de ejemplo en ésta nota: El Rock del 74, diez recomendaciones.

Pero todo eso se ha perdido ya, ya no hay «a la grande le puse cuca», se acabó el «No soy un hombre de plegaras, pero si estás en el cielo ¡Sálvame por favor Superman!», «Los miércoles de flojera», y «El Barrio Chino», ya no giramos de placer cuando vemos comenzar un episodio nuevo y francamente me cuesta mucho trabajo creer que alguien se emocione y se ponga a ver con entusiasmo las temporadas actuales.

Sabemos que eventualmente Los Simpson llegarán a su fin, después de todo, nada dura para siempre. Lo que no sabíamos es que el desenlace de esta legendaria serie iba a verse ensombrecido por la inmunda bazofia que presenta Fox todos los días en su canal.

Ahora, yo hablo muy en serio cuando digo que Los Simpson deben morir, así que traté de hacer una petición en change.org para ver si con la ayuda de todas las personas que piensan igual que yo, la Fox siguiera haciendo nuevos episodios, pero no funcionó, hubo un problema que me bloqueaba y no me dejó continuar. Pero si alguien puede realizar dicha petición le suplico que lo haga, evite por favor que sus hijos vean esta basura de nuevos episodios.