Published on julio 26th, 2016 | by Esencia de Antes
0La vez que Kubrick llegó a la luna
Stanley Kubrick fue un visionario, y como tal, no temía cruzar las líneas conceptuales que muchos de sus contemporáneos veían (y que muchos jóvenes siguen viendo) con recelo. Ese espíritu transgresor junto con su indudable talento lo llevaron a realizar algunas de las películas más sublimes e influyentes de la historia del cine.
Lolita, A Clockwork Orange, Bary Lyndon, Full Metal Jacket y Eyes Wide Shut son cintas que siempre aparecen en los rankings que hacen referencia a los mejor del Séptimo Arte, sin embargo, los expertos coinciden en que su obra cumbre es 2001: A Space Odyssey por su depurado trabajo visual, el concepto y la investigación que lo sustentan, pero sobretodo, por la técnica depurada con la que se llevó a cabo.
La influencia de esta odisea es mucho más profunda, aunque sumergidos en la era de la información, de las súper producciones de Hollywood y de los grandes avances tecnológicos podríamos pensar lo contrario, pero hay que tener en cuenta que la cinta se estrenó en 1968, un año antes de que el Apollo 11 se postrara en la superficie lunar.
Piénsenlo: antes de que el hombre vislumbrara con sus propios ojos (por decirlo de alguna manera) lo que hay más allá de la atmosfera terrestre, Kubrick, con un rigor científico admirable,mostró el espacio exterior en su máximo esplendor.
Y aquí, mis amigos, es donde la historia se cruza con los delirios conspiracionistas para darle vida a una de las leyendas urbanas más delirantes de todos los tiempos: Neil Armstrong nunca dio el pequeño paso y el video del alunizaje no fue más que un montaje realizado por el mismísimo Stanley Kubrick y auspiciado por el gobierno de Estados Unidos.
Poniéndonos en contexto, la moral de nuestro vecino del norte estaba por los suelos después de que la Guerra de Vietnam no terminara como esperaban, John F. Kennedy había sido asesinado sin que nadie tuviera claro el por qué y Richard Nixon llegaba a la Casa Blanca sin ninguna credibilidad, en pocas palabras, el país se encontraba sumido en una crisis anímica como nunca había experimentado, aunado a eso, su eterno rival, Rusia aprovechaba hasta la más mínima oportunidad para fortalecerse lo que significaba que la sombra que cubría a Estados Unidos cada vez se hacía más grande, por lo que no podían permitirse otra derrota.
La oportunidad para influir en el ánimo de su pueblo e inyectarle a la nación nueva vida en el ámbito internacional era ganar la carrera espacial. En un sentido muy gringo significaba matar dos pájaros de un tiro. Pero había un problema, y todos los expertos en conspiraciones lo señalan, E.U. iba muy atrasado en esa competencia y no tenía la tecnología necesaria para llevar a cabo tal empresa.
Pero tenían un Kubrick y los recursos necesarios para realizar un video, al menos eso es lo que aseguran las mentes detrás de esta teoría, misma que se basa en el falso documental «Opération Lune» de William Karel en el que gracias a un fabuloso trabajo de edición se hace una parodia de las declaraciones en las que Richard Nixon asegura que su país será el primero en llegar a la luna, cueste lo que cueste esto respaldado por declaraciones, igualmente manipuladas, de la esposa del cineasta en las que asegura que el fraude se realizó paralelamente a la filmación de 2001: A Spacen Odyssey.
Y esta lectura conspiracionista del video ha causado un efecto de bola de nieve al irse sumando detalles del video, declaraciones truculentas y supuestos documentos clasificados. Aunque, es cierto que en las primeras versiones de este galimatías, iniciado por Bill Kaysing en 1974 con su libro Wenever went to the moon, no se mencionaba al realizador poco a poco la idea de un montaje hollywoodense ha tomado fuerza en los círculos de investigación alternativa debido a la calidad de 2001: A Space Odyssey.
No tengo la capacidad para decir cuánto es verdad y cuanto es mentira en todo este asunto, pero algo que se puede concluir es que el talento y la innovación pueden cambiar al mundo, o al menos la forma en que lo percibimos, y en este sentido, la obra de Kubrick bien podría representar la siguiente frontera.
Texto: Luis Fernando Reyes Ramírez
Portada: www.biography.com