Deja de sorprenderme así 2016
Cuando el calendario llega a su fin, algunas personas aprovechan para compartir con sus contactos en redes sociales algún mensaje esperanzador o de optimismo fraternal para recibir el año que comienza, a menudo adornado con algún personaje animado, alguna imagen relacionada a la festividad o simplemente en texto, estos mensajes inundan a las redes. Este año por supuesto no fue la excepción. Entre los saludos, las bendiciones, los mejores deseos estuvieron también la primera página de 365 y aquella que siempre se me ha hecho muy ridícula, sorpréndeme 2016.
La sorpresa es una alteración emocional causada por una acción o acontecimiento súbito o repentino, sin embargo muchas personas lo asocian con algo bueno o agradable, aunque no siempre es así. Varios sucesos de esta naturaleza han tenido lugar en lo que va del año y debo decir que de verdad estoy todavía estoy sorprendido y no de buena manera.
A sólo veintiún días del 2016 ya pasamos por dos de los fenómenos virales de Facebook más idiotas e insufribles que he visto, me refiero al “jaja pa’ que quieres saber eso?” [sic] y el “sé como José”, y no es una sorpresa que algo estúpido prolifere esa manera, lo que me asombra es la velocidad con la que llega. Vivimos la irreparable pérdida de talentosos músicos como David Bowie, Paul Bey, Glenn Frey (The Eagles), Dale Griffin (Mott The Hoople) y “El Muñeco Mayor” Lalo Tex (Tex Tex) –los últimos tres se fueron el mismo día- y reconocidos actores como Alan Rickman o Roger Lloyd-Pack. En lo que va del año, aquí en México hemos visto también la destrucción del manglar de Tajamar, acto infame justificado por las así llamadas “autoridades”, acción que sólo refuerza mi opinión de que el ser humano es una plaga. El día de hoy, jueves 21 de enero aquí el dólar rompió su máximo histórico al venderse en 19.05 pesos, mientras que el petróleo sigue en picada y nos acerca cada día más al abismo de una crisis severa. Si esta es sólo una probada de lo que nos espera el resto del año, mejor paren el mundo que me quiero bajar.
Texto: Daniel Pimentel
