Published on junio 30th, 2016 | by Esencia de Antes
Bud Spencer y el cine de mamporros
Hablar de Bud Spencer –Q.E.P.D– es hablar de un personaje bonachón que representó un tipo de cine ya extinto. Este tipo de cine surgió, basándose en el Spaguetti Western de Sergio Leone. Con todas las distancias que esto conlleva: bajo presupuesto, que era subsanado con ingenio y desfachatez, y, apoyándose en el carisma y en los dotes gimnásticos de sus dos principales actores. Aunque les cueste creerlo a los críticos de cine de nariz respingada, el cine a la Bud Spencer/Terence Hill -su sempiterna pareja cómica- tenía su propio lenguaje y formas, por lo cual es casi un sub género: el “cine de mamporreros”. Bueno, no se llama así, pero es que ¿cómo definirlo?, si de lo que se trataba era de ver como un gigantón barbudo -Bud- y su compañero, un güero pícaro -Terence-, se la pasaban tirando hostias -putazos, pues- como forma casi terapéutica de resolver conflictos, y siempre útil como método de ejercicio- en este mundo, el pilates o el running son para maricas-.
¿Problemas en el viejo oeste? Nada de pistolitas, eso está muy visto y no es siquiera propio de hombres de verdad, esto se resuelve a mano limpia; no importa que se lleve la mitad de la película. Con solo sus puños o a sonoras cachetadas, este dueto de héroes de la clase trabajadora -como diría John Lennon- solucionaban las vicisitudes y los conflictos , ya sea en el “oeste” -varias veces-, o en pleno Río de Janeiro de los año 80’s.
No creo que su cine llenara un vacío en la industria cinematográfica, o llegara a proponer algo nuevo; no, sencillamente irrumpió a principios de los años 70’s, como esos golpes certeros que daban en la pantalla a cuanto ingenuo se pusiera enfrente.
Del “spaguetti western” al “slapstick”.
Cuando el cine italiano se vio revitalizado gracias al llamado “spaguetti western” no faltó una industria detrás que hizo lo posible por aprovechar esta veta, y venderla al “gran mercado” que las cintas de Sergio Leone habían abierto. Con el inusitado éxito, en 1964, la cinta “Por un Puñado de Dólares” daba a conocer a la gran masa un tipo de cine “western”-del oeste-, pero hecho en Europa, en Italia y en España, específicamente. Al principio era un cine muy criticado; pero poco a poco los críticos se daban cuenta del trabajo artesanal y la cuidada producción de estas cintas, aparentemente burdas y baratas. El director Sergio Leone y su musicalizador Ennio Morricone habían cambiado el lenguaje cinematográfico para siempre. De repente la gente volteaba a Italia y a su cine, poseedor de una estética, y especial, que combinaba la violencia-extrema para esa época- con música excepcional y efectista, además de presentar personajes amorales y que no dudaban en recurrir a métodos salvajes.
Pero, como toda ola, se sobreexploto y perdió la frescura inicial; hasta que al director Enzo Barboni decidió combinar este tipo de western europeo con la comedia física, una genialidad que revitalizo el género. La película que inició esta “nueva era” fue Me llaman Trinity (1970). Aquí Bud Spencer y Terence Hill son dos hermanos, completamente dispares, pero con una gran química. Explotaron en pantalla, era imposible dejar de verlos mientras ejecutaban una especie de danza de puñetazos, cachetadas, y uno que otro disparo. La fama les llegaría a los dos actores, que, en esencia dotaban de vida todas estas películas con su desempeño físico casi gimnástico: ambos eran atletas consumados -nadadores, incluso se conocieron en el mismo equipo de nado- ; y para rematar, ambos poseían gran carisma.
En esencia ellos recogían y recreaban a su modo la vieja tradición de la comedia “slapstick”, que es el tipo de comedia física, donde pueden pasar los más inauditos accidentes o los personajes recibir o dar toda clase de golpes, con consecuencias hilarantes, sin nunca causar un daño significativo, y que tan bien llevaron al cine Charles Chaplin o Buster Keaton.
La muerte de Bud Spencer.
Bud Spencer nació en Nápoles, su verdadero nombre era Caro Pedersoli, tomó su nombre artístico de una combinación muy cool: era admirador del actor Spencer Tracy y le gustaba la cerveza Budweiser; de ahí lo de “Bud”. Fue nadador olímpico -participó en tres olimpiadas- y también componía música, muchas de las cuales aparecían en sus películas.
No todas sus películas las protagonizo junto a Terence Hill: si no que tuvo su “etapa solista”. Muchos recordamos, por ejemplo, su producción –Bud la escribió – “Banana Joe”, que pasaban incansablemente en por el canal cinco, los domingos de permanencia voluntaria.
A la fecha me pregunto como un gigantón barbudo, no muy agraciado, era una estrella de cine. Vaya, ni siquiera era un actor dotado, pero ese simple carisma y esa simpatía hacia que viéramos la película.
En un hospital de Roma, el lunes 27 de junio del 2016, falleció el gran Bud Spencer. Según declaró su hijo Giuseppe Pedersoli, su última palabra fue “Gracias”.
Texto: Isael Serra
Portada: http://www.elespanol.com
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