Published on marzo 23rd, 2016 | by Esencia de Antes
Post Pop Depression: La nueva cara del viejo Iggy Pop
Al escuchar el nuevo disco de Iggy Pop no puedo evitar pensar que los años no pasan en vano, dejan su marca en nuestro cuerpo y en nuestra mente pero sólo a través de ellos obtenemos la experiencia necesaria para enfrentar el hoy.Vivir con los pies hundidos en el fango del pasado o dando saltos para alcanzar el futuro nos privan del aquí y del ahora, de lo que hemos construido con nuestras propias manos.
Este disco podría representar el cierre de la catarsis que ha venido experimentando desde hace unos años. Ya no es el jovenzuelo lleno de drogas que saltaba por el escenario mientras cantaba Lust For Life, ahora es un vegetariano espiritual medio afrancesado amante del arte que sí bien ya no se “cuece al primer hervor”sigue teniendo la misma energía pero sin los instintos auto destructivos que lo llegaron a definir.
La búsqueda de un sonido que represente su actual estilo de vida es patente en sus anteriores discos como solista: “Préliminaires” del 2009 y “Aprés” del 2012, en los que se aleja por completo del punk rock para centrarse en el jazz y el blues, ritmos en los que se aprecia de una manera totalmente distinta su voz, más aún cuando canta en francés. Esta búsqueda lo llevó también a reencontrarse con los Stooges, quienes a su vez habían evolucionado como músicos, para grabar los muy recomendables The Weirdness (2007) y Ready to Die (2013), discos en los que se nota claramente que donde hubo fuego cenizas quedan.
En suma, Iggy Pop tenía dos vidas, en lo que a música se refiere: la del adulto contemporáneo y la del punk que nunca ha dejado de ser, sin embargo, no había podido encontrar la fórmula que le permitiera unir estos dos aspectos en uno que fuera el reflejo su yo actual. No fue hasta que su talento nato se unió con el genio de Josh Homme, Dean Fertita de Queens of the Stone Age y con el baterista de Artic Monkeys, Matthew Helders, que el ciclo se cerró con la creación del Post Pop Depression, álbum en el que la rebeldía de Iggy se encuentra con la madurez de Pop.
Desde la primera escucha puede notarse la influencia musical de Homme, los arreglos tienen una reminiscencia de su banda y haciendo referencia al nombre del disco también hay guiños a la música pop como coros femeninos, aplausos o en algún momento ritmos pegajosos que en medio de un sonido oscuro del álbum suenan totalmente decadentes, pero cuando el Padrino del Punk comienza a interpretar sus poéticas letras, uno se da cuenta que está entrando a su nuevo universo. Pero al final ¿es un buen disco? Si, lo es, por sí mismo y por lo que representa, es un muy bueno, pero el ser tan personal es también su mayor desventaja porque no es un disco que marque una generación o que vaya a pegar con todo. Las nuevas generaciones al ver que el nombre del cantante en la portada, en el mejor de los casos, van a esperar el sonido de un chita caminando por las calles pero Iggy Pop ahora es más como un extraordinario, y no por ello menos agresivo, gato de angora.
Es un material entrañable para los fans y uno que van a disfrutar mucho los aventureros musicales, pero no es EL disco. Aunque no hay que temer, porque al parecer Pop todavía tiene mucho fuego en su interior.
Texto: Luis Fernando Reyes Ramírez
Portada: Onclef.com