Published on febrero 8th, 2019 | by Isael Serra
Mid90s, la infancia y adolescencia durante los 90
La mitad de los años noventa, y el ambiente skater-“patineto”- de dicha época, sirven de ambientación para la película Mid90s –“Mitad de los 90”-. Se quebraron la cabeza con el título; aunque se entiende que se refiere al periodo de transición que representa la edad del protagonista, la entrada a la adolescencia. Además la película se siente realmente como esas pelis independientes de mitad de los años 90, tales como “Kids”, “Mallrats”/”Clerks, “Slacker”, etc. A las cuales rinde un franco homenaje.
La cinta es el debut como director, del actor y comediante Johan Hill -ya saben, “el gordo” de Superbad y El Lobo de Wall Street-, quién lejos de entregar una comedia, brinda un drama efectivo con toques autobiográficos; es decir, se nota que quien cuenta la historia vivió realmente ese ambiente plasmado en la película.
- Te recomendamos: Biopics de rock, la ventana cinematográfica al pasado de las bandas
El guion es en apariencia sencillo y funciona un poco como una recopilación de sketches -no en el sentido cómico-, momentos en la vida del joven e inexperto protagonista, su disfuncional familia, y su nuevo grupo de amigos “patinetos” que representarán una tabla de salvación en la atribulada vida de Stevie, el protagonista, un pre pubescente -el actor, Sunny Suljic tenía apenas once años cuando la peli se filmó- quién lejos de vivir con el apoyo y comprensión de su familia a tan crucial edad, convive aislado en la misma casa con una madre que debe trabajar durante el día y un hermano desadaptado incapaz de socializar y que suele amenazar y golpear a Stevie a la menor provocación.
Por cierto que la película comienza con una escena que nos sitúa en época: un vistazo a la habitación del hermano de Stevie. Un santuario que evoca la nostalgia por los años 90, con una colección de tenis Jordan impecables -mucho antes de que fuera moda de “Brayans”-, un Super Nintendo con varios cartuchos clásicos, y una colección de CD’s y posters de artistas emblemáticos del ese momento. Por supuesto que el morro -Stevie- tiene prohibido entrar ahí; pero él lo hace de todos modos, entrando al cuarto a hurtadillas cuando su hermano no está, como queriendo vivir la vida privilegiada y aparentemente “completa” de su hermano mayor.
Stevie debe conformarse con las sobras; así que surge en él, el anhelo por crear su propia identidad, y salir del encierro suburbano en el que vive. Es en una tienda especializada de patinetas donde siente una vibra de pertenencia, de “esto es lo cool”, al ver a los jóvenes que atienden dicha tienda. Poco a poco Stevie se irá integrando al mundo de estos patinetos, ganándose la confianza de su líder, el maduro/sabio -street wise- y aspirante a skater profesional, Ray, personaje afroamericano que vence los prejuicios y el racismo de su entorno haciendo lo que mejor sabe hacer: patinar, y ahí nadie le puede discutir su valía y su pertenencia.
- Te recomendamos: Rock alternativo: bandas menospreciadas de los 90
El segundo al mando en este grupillo de desmadrosos es un greñudo –inapropiadamente- apodado “Fuckshit” -porque al parecer son las palabras que más dice-, quién podría también aspirar a ser un skater profesional; pero le gana la fiesta: es el tipo al que le vale todo a excepción del cotorreo -alcohol, drogas y sexo-, y a quién ninguna mamá -como es el caso de la mamá de Stevie- aprobaría como amigo.
En la pandilla también hay un tipo apodado “Cuarto Grado” que se la pasa grabando todo con su video cámara -lo cual sirve de recurso para insertar tomas con cámaras de la época- y que al parecer es el personaje que representa a Johan Hill en esta historia, el autista medio nerd que no parece encajar del todo; pero que nunca le falla a sus amigos.
La película le debe mucho a Kids -1995-, y combina tomas que parecieran salidas de esos VHS que recopilaban trucos de skateboard, y de documentales alusivos; empleando incluso un “granulado” emulando un videocassette de la época. Los actores hacen sus propias escenas de patineta, siendo Na-Kel Smith -Ray- y Olan Prenatt –“Fuckshit”- quiénes demuestran cómo se hacen las cosas en la tabla, pues antes que actores son patinadores profesionales. Esta veracidad y amor legítimo por la patineta termina por redondear el film.
Mid90s es de esas películas que si la gente no supiera quién la dirigió Johan Hill, que más conocido por sus comedias a veces insulsas, todos le aplaudirían de pie, pues la cinta en su aparente simplicidad brinda momentos de verdadera reflexión, y los personajes tiene claro oscuros, dotándolos de veracidad a pesar de cliché que representan.
- Te recomendamos: Diez bandas de grunge que no son Nirvana
Es un drama bien llevado, con ciertos toques de comedia en sus diálogos aparentemente “casuales”, que nos recuerda esos pasajes de transición y esos “ritos” de iniciación social, que generan empatía en el espectador, máxime si se vivió esa época. Por lo pronto va que vuela para película de culto. Recomendada para quienes están dentro de la sub cultura skater y para nostálgicos de los hoy añorados 90.
Portada: http://nerdrepository.com