Columnas

Published on octubre 31st, 2018 | by Isael Serra

Andrew Wood, el golden boy original del grunge

Llega esa temporada en donde, además de ver películas de terror y especiales de Halloween de los Simpsons, algunos recordamos y honramos a la gente que ya no está físicamente en este mundo, y que, por más trágica que haya sido su muerte, sonreímos un poco al recordar la energía que exudaban cuando estaban vivos.

El mundo del rock tiene a sus ídolos, que, con la muerte, han alcanzado el Olimpo rockero al lado de otras “deidades”, como el gran Hendrix, nuestra brujita Cósmica, Janis Joplin, o el añorado Lemmy -la encarnación de todo lo que es rock-.

Pero a la par de ellos, también hay estrellas que se apagaron tan rápido que tal vez no alcanzaron la fama necesaria para ser recordados y apreciados por más gente. Hoy queremos rendir un sincero homenaje a aquellos artistas que, de haber tenido una existencia más larga, seguramente abrían conmovido a más personas con su música. Este día comenzamos esta serie de homenajes con uno de los grandes olvidados en la movida Seattle, Andrew Wood.

“Quiero mostrarte algo, la alegría que hay dentro de mi corazón. Parece que he vivido en el Templo del Perro. Donde viviría si yo fuera un hombre de palabras de oro…Palabras y música, mi única herramienta”.
–Man of Golden Words.

Todos hemos escuchado hablar de los “mártires del grunge”, músicos de la talla Chris Cornell,  Kurt Cobain o Layne Stanley de Alice in Chains, que a pesar de su enorme talento, tuvieron que luchar en vida contra demonios personales como la depresión, y consecuentemente, el abuso de sustancias; una lucha encarnizada que los llevaría a la muerte.

Pero mucho antes que todos ellos partieran de este mundo, hubo un personaje peculiar, un fuera de serie “bigger than life” dentro de la escena de Seattle, que incluso fue influencia fundamental para gente como Cornell o cualquiera que tuviera una banda en dicha escena a finales de los años 80 y principios de los 90. Se trata de Andrew Patrick Wood, vocalista de la banda de culto Mother Love Bone -de donde saldrían los integrantes que luego formarían Pearl Jam-.

Andrew fue el típico niño americano nacido a finales de los años 60. En su adolescencia descubrió a KISS junto con su hermano, y quedó impactado por la espectacularidad del grupo. Fue después de un concierto de KISS que el inquieto Andrew le dijo a su hermano Kevin: “Ya sé que voy a hacer con mi vida, voy a ser estrella de rock”, y junto a su brother formaron la extravagante banda Malfunkshun.

En dicho grupo cada integrante adoptaría un alter ego, Andrew decidió llamarse “Landrew the Love Child”-basado en un personaje de la serie Star Trek original que predicaba el amor- y adopto una apariencia andrógina, una mezcla entre Marc Bolan de T-Rex y Paul Stanley. Malfunkshun fueron un precedente de lo que después se denominaría sonido grunge, un rock acido, arrastrado, a medio tiempo, con riffs de heavy metal a la Black Sabbath, partes psicodélicas -en plenos años 80- y toques de punk.

La gente que los veía no sabía ni que pensar, y a eso aunado a la llamativa figura del vocalista Adrew maquillado, y que era un frontman natural que sabía entretener y usar el humor en su música. Ya como toda una estrella local, Andrew se unió a los músicos Stone Gossard y Jeff Ament –ambos ex-Green River- para formar Mother Love Bone, el primer súper grupo del sonido Seattle.

Andrew Wood y su nueva y refrescante banda firmaron contrato discográfico con el sello major, Polygram. Siendo una de las primeras bandas de esa escena, junto a Alice in Chains en lograr firmar con una trasnacional. Por otro lado, la personalidad y la calidad de la banda llamaban poderosamente la atención de los críticos y la chaviza 90s en busca de buen rock.

La fama y la fortuna parecían estar a la vuelta de la esquina, y todo parecía ir bien para el buen Andrew; pero un fantasma de su pasado se asomó: su adicción a las drogas fuertes. Fue la mañana del 16 de Marzo de 1990 que Andrew Wood fue encontrado por su novia, tumbado en su cama, en estado comatoso, padeciendo los estragos de una sobredosis de heroína.

Ya en el hospital, Wood mostró ciertos signos de recuperación; pero al tercer día de estar internado falleció. Queda como legado el único álbum de Mother Love Bone, titulado Apple (1990), donde podemos escuchar que la banda estaban a años luz de muchas otros grupos de la época, ofreciendo un hard rock sofisticado, con toda la vibra de unos Led Zeppelin, pero con personalidad propia e imaginativa. La voz de Andrew Wood es estupenda, a veces desgarradora y en otras inocente y/o juguetona.

Su gran amigo Chris Cornell quiso realizar un homenaje al soldado caído y reunió a los deprimidos músicos de Mother Love Bone para grabar ese bello disco llamado Temple of The Dog (1991), uno de esos homenajes artísticos que  hacen historia. La canción “Say Hello to Heaven” representaría el último adiós a Andrew Wood por parte de sus compinches grungers.

En ese disco también colabora el que sería uno de los iconos más representativos del grunge, un entonces jovencísimo Eddie Veder. El círculo se cerraría simbólicamente, pasando la antorcha a una generación que forjaría su propia historia, con la alargada sombra del amigo perdido, el abuso de drogas, el súbito éxito mundial; pero con espíritu de la creación artística como fiel aliado.


About the Author

Isael Serra

Lic. en Derecho y en Admon de Empresas. Ha colaborado para el diario La Jornada en el rubro de periodismo rockero. Conductor del programa especializado "Estridencia" en radio por internet. Metalero/Rockero irredento.



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