Published on diciembre 1st, 2017 | by Luis Fernando Reyes
James Ellroy, el cronista del corazón negro norteamericano
“No me arrepiento de mi pasado. No iría hacia atrás para cambiarlo. Mi madre fue asesinada. Ella me dio regalos, su muerte lo hizo. Los regalos me han sido útiles. No puedo volver atrás y deshacer el pasado. Ni siquiera quiero pensar en lo que podría haber ocurrido si hubiese vivido.”
-James Ellroy
James Ellroy es una de esas personas con las que no te gustaría discutir al calor de las copas (o de una entrevista) porque el señor tiene una percepción muy elevada de sí mismo y un temperamento bastante explosivo (si no me crees, pregúntale a Nicolás Alvarado) pero, si te gusta la novela negra, es uno de los autores que no puedes dejar de leer, con potencial de convertirse en uno de tus favoritos debido al tratamiento y documentación que hay detrás de su obra y que de cierta manera es un reflejo de su personalidad, no por nada este año fue galardonado con el premio Pepe Carvalho 2018 de novela negra, que es el máximo galardón que se otorga en el marco de dicho género.
Ellroy es uno de esos autores que han logrado retratar a la perfección la podredumbre de la sociedad norteamericana, en cada uno de sus libros destapa la cloaca en la que van a parar los desechos del poder político y económico de aquella nación, mismos que son retratados en personajes rotos, marginales y propensos la violencia (contra ellos mismos o contra los demás) para los cuales no hay redención si no es a través del fuego, por lo que cada día están más cerca del infierno.
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Esta decadencia no es fortuita ni un simple recurso para alimentar el morbo del lector, el mismo autor sabe lo que es tocar fondo, sabe lo que es salir del azul para entrar al negro más profundo: su madre fue asesinada en 1958, cuando él apenas tenía 10 años de edad. Al poco tiempo abandonó la escuela para unirse al Ejército durante un corto periodo antes de caer en una espiral de depresión, además de que el abuso del alcohol y drogas fue detonado por la convalecencia y posterior muerte de su padre.
Estas situaciones derivaron en una vida en las calles que estuvo marcada por la delincuencia, pues sobrevivía a base de pequeños robos que realizaba en las venas negras de la ciudad de Los Ángeles. Se podría decir que esas experiencias fortalecieron el carácter del escritor que habría de surgir años más adelante pero en ese momento no le trajeron más que una neumonía que lo puso al borde de la muerte pero que también fue un punto de quiebre en su existencia, ya que después de este momento Ellroy abandonó la bebida y compaginó su recuperación con la escritura y un trabajo temporal como caddy en un campo de golf.
Esto se complementa con la visión histórica y la investigación que James Ellroy hace para cada uno de sus trabajos, la cual puede tardar años pero que al final como vale la pena pues los pequeños detalles son los que realzan las situaciones por las que atraviesan los personajes. Aquí habría que puntualizar que las novelas del autor raramente no están centradas en la actualidad si no en décadas anteriores: desde los elegantes años 20 de la Mafia, los oscuros años 40 de la Segunda Guerra Mundial o los catárticos años 50 en los que se comenzó a gestar la investigación criminal como la conocemos, sin dejar de lado la locura de los 60 y 70, por lo que la documentación que realiza es fundamental a la hora de darle profundidad a las escenas y escenarios que narra.
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Este estilo “retro” es sumamente revelador pues deja a la vista sin tapujos que la sociedad norteamericana ha estado jodida desde siempre y que su decadencia no es algo moderno, siendo incluso un poco menor en la actualidad, debido a que está “más a la vista”, mientras que en aquellos años era sumamente fácil ocultar los crímenes, la violencia y la corrupción que imperaba en todos los ámbitos sociales.
En 1981 editó su primera obra llamada “Requiem por Brown” pero no fue hasta 1987 que alcanzó la popularidad con “La Dalia Negra” que es el primer libro de su “Cuarteto de Los Ángeles” al que seguirían “El gran desierto”, “Los Ángeles confidencial” y “El jazz blanco” mismo que está ambientado en los años 50 y que muestran la labor del cuerpo de policía de Los Ángeles, que lejos de mostrarse como heroico o simplemente funcional es retratado como caóticamente violento y corrupto.
En este sentido, la mayor parte de su obra está conformada por sagas, así de 1984 a 1985 publica la “Trilogía de Lloyd Hopkins” conformada por “Sangre en la luna”, “A causa de la noche” y “La colina de los suicidas” que básicamente narra las andanzas de Lloyd Hopkins durante los años 60, quien es un excelente policía pero una persona muy dañada por lo que es propenso a explotar a la menor provocación siendo los delincuentes y su esposa los bancos de su furia o frustración.
Desde 1995 al 2009 trabaja en la “Trilogía Americana” del que forman parte “América”, “Seis de los grandes” y “Sangre vagabunda” siendo este su trabajo más ambicioso pues está ambientado entre 1958 y 1972 y narran precisamente la brutalidad arraigada en el corazón de Estados Unidos, de los bajos mundos a las altas cúpulas de poder, desde el Ku Klux Klan hasta Marylin Monroe. Actualmente trabaja en su “Segundo Cuarteto de Los Ángeles” del que sólo se ha publicado hasta ahora “Perfidia” y que es una precuela del primero, ambientado durante la Segunda Guerra Mundial.
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Pero además cuenta con un par de novelas independientes: “Clandestino” y “El asesino de la carretera” (que es una de las mejores novelas sobre serial killers que he leído) así como dos autobiografías:“Mis rincones oscuros y “A la caza de la mujer” además de ser el editor de tres antologías: The Best American Mystery Stories, The Best American Crime Writing y The Best American Noir of the Century, por no mencionar todos los cuentos cortos y ensayos que ha publicado en revistas, periódicos o compilaciones.
Debido a la calidad de sus obras, se han realizado varias adaptaciones cinematográficas, y con excepción de L.A. Confidencial de Curtis Hanson (que es considerada como la primera película de la corriente conocida como Neo Noir) ninguna ha sido del agrado del autor siendo especialmente duro al criticar el trabajo de Brian de Palma con La Dalia Negra; por cierto, en 2008 Ellroy coescribió el guion de la película “Dueños de la calle” junto con Kurt Wimmer y Jamie Moss. Con respecto a las adaptaciones de sus libros para la gran pantalla, el escritor siempre ha dicho que pueden hacer lo que les dé la gana mientras le paguen sus regalías.
James Ellroy no es un escritor complaciente ni que busque caerle bien a nadie, por eso ha sido considerado como imprudente, inconsciente, descarado, subversivo, inquietante, atrevido, políticamente incorrecto y socialmente lacerante, pero lo cierto es que es un maestro en lo que hace y si algo no ha enseñado la historia es que no se puede llegar a esos niveles sin estar un poco loco, pero lo verdaderamente importante para nosotros los lectores es ese punto en el que sus obsesiones se cruzan con su talento, ahí es donde el demonio de su genialidad se aparece en forma de novela negra.
Portada: https://www.jamesellroy.net/