Published on febrero 26th, 2016 | by Esencia de Antes
0Gospel Road, el camino hacía la redención de Johnny Cash
“Dios no me habló -Él nunca lo ha hecho, y me sorprendería que lo hiciera- pero sí creo que en ocasiones Él ha puesto sentimientos en mi corazón y quizá incluso ideas en mi cabeza”
-Johnny Cash
Johnny Cash se convirtió en un icono de la cultura popular al ser uno de los arquitectos de ese portal mágico que hoy conocemos como Rock and Roll, pero esa sólo es la punta del iceberg de su leyenda, esa inicia y concluye con su devoción por Dios. Porque si la música fue su motor, la religión fue su combustible, incluso en sus momentos más oscuros volvía la mirada al cielo para encontrar la respuesta en su corazón.
Esa relación con Él Poder Superior siempre estuvo presente, de una manera u otra, en su trabajo artístico y no de una manera superficial, Cash se entregó por completo al estudio e interpretación de la Biblia, desde su aspecto histórico hasta el teológico.
Como prueba de ello está el gran número dealabanzas que grabó durante su carrera a lo que se suman gran parte de sus obras originales y covers que al ser escuchados con esta perspectiva cambian por completo su sentido; por otra parte, durante su época como conductor de TV las referencias a la biblia eran constantes lo cual puede ser considerado como algo muy innovador ya que sus programas no eran sobre religión sino sobre música que ya por esa época era considerada como mala influencia para la juventud americana; en su faceta como escritor, publicó una novela histórica sobre la vida de San Pablo llamada “Man in White”, aunque es en su autobiografía, co-escrita con Patrick Carr, donde en verdad se puede sentir la paz que la Fe le daba.
Pero según sus propias palabras, el proyecto que más reflejaba su perspectiva de la vida fue la película Gospel Road misma que surgió de un sueño que June Carter tuvo después de que visitaran Israel en 1966 en el que vio a su esposo hablando con Jesús en lo alto de una montaña, pero que no tomó forma hasta 1968 después del incidente de la caverna Nickajack, ubicada en Tennessee, a la que Cash entró con la intención de suicidarse ya que a pesar de todos sus esfuerzos no lograba superar las adicciones pero sobre todo porque en ese momento se sentía totalmente alejado de Dios, en su autobiografía narra: “mi separación de Él, la más profunda y desoladora de las muchas clases de soledad que había experimentado a lo largo de los años, parecía finalmente completa”[i], sin embargo, al borde de la muerte el Hombre de Negro tuvo una experiencia espiritual que lo llevó no sólo a salir de la cueva sino a cambiar su vida en nombre de Dios.
Inmediatamente después de estos sucesos, Johnny Cash comenzó a trabajar en el guion de la película junto con Larry Murray, quien colaboraba en su programa de televisión, pero no fue hasta el otoño de 1971 que lo concluyó. En noviembre del mismo año volaban hacía Israel para filmar en 16 milímetros una obra semidocumentalsobre los tres años de ministerio terrenal, que según la Biblia, Jesús llevó a cabo mientras vivió.
El proyecto fue financiado en su totalidad por él, desde el viaje y la manutención de un equipo de 40 personas durante el mes que permanecieron en Tierra Santa hasta la distribución y comercialización de la cinta, años después, Cash aseguró: “lo hice más que gustosamente; en aquella época mis ingresos eran cuantiosos, y literalmente no podía pensar en un mejor modo de gastarlo”[ii].
El director de Gospel Road, Bob Elstorm, aseguró que la edición fue todo un reto porque las dos cámaras que llevaron no dejaban de filmar prácticamente ni de día ni de noche, iban de locación en locación buscando los sitios en los que supuestamente sucedieron los hechos bíblicos, lo que derivó en algunos enfrentamientos con las autoridades israelíes por rodar en sitios restringidos como en los Altos de Golan en donde los estudiosos de la Sagrada Escritura aseguran se llevó a cabo la Guerra de los Seis Días.
Presumiblemente por su temática y pobre realización, la película no tuvo gran impacto en taquilla americana pero durante muchos años fue material de apoyo de la Billy Graham Evangelistic Association y hoy en día es considerada como una cinta de culto, pero más allá de eso, Cash quedó encantado con el trabajo y aseguraba que todo el proceso fue gratificante ya que fue como entregar al mundo una pequeña parte de lo que la historia de San Pablo significaba para él con quien se sentía plenamente identificado, al respecto escribió: “Era un hombre que siempre tenía una misión, que nunca cejaba en su empeño, que siempre estaba yendo de aquí para allá, empezando esto, planeando lo otro; una vida tranquila en la que el retiro no estaba en su agenda, como no lo está en la mía. Me interesa mucho más seguir en las carreteras que conozco y todas aquellas nuevas que se me revelen: el poder de Dios en mi interior, está ahí para mí sólo si lo persigo”.[iii]
Y hasta el fin de sus días eso fue una constante porque nunca dejó de hacer lo que le apasionaba ni de abrazar sus creencias,no lo hizo cuando las disqueras lo exiliaron, no lo hizo cuando sus proyectos fracasaron, no lo hizo cuando el amor de su vida murió, no lo hizo en su lecho de muerte, eso lo convierte en un profeta moderno y en un ejemplo para todo aquel que ha estado perdido.
i-ii-iii Johnny Cash& Patrick Carr (2006) Cash. La autobiografía de Johnny Cash. Barcelona, España. Global RhythmPress
Texto: Luis Fernando Reyes Ramirez