Published on septiembre 1st, 2017 | by Luis Fernando Reyes
Si el reggaetón es violencia, ¿el rock es pura paz y armonía?
Uno de los temas de discusión favoritos de algunos rockeros modernos es sin duda el de la supremacía del género ante todos los demás ritmos, lo cual llega a ser desesperante porque ni siquiera tienen un marco de referencia, es decir, presuponen que el rock es lo mejor que existe sólo porque sí, sin conocer a profundidad de lo que hablan. Al diablo toda la historia y la evolución de la música porque para ellos el rock es casi, casi algo celestial por lo que intentar razonar con ellos es como querer tener una plática sensata con un Testigo de Jehová.
En el caso de los metaleros de la nueva ola, este fenómeno se magnifica pues su crítica está fundamentada en que el metal es ambrosía sónica, la puerta al Valhala, la joya de la corona de Satanás y otras deliciosas chaquetas mentales por el estilo que, por supuesto, son lanzadas desde la cima de una montañita de ego. Lo cual me lleva a que actualmente en nuestro país (hablo de México porque es lo que conozco y experimento de primera mano) parece haber una cruzada de proporciones épicas por parte de estos dos sectores en contra de otros géneros que son catalogados (mínimo) como música para “nacos”, me refiero al norteño, la banda, pero principalmente al reggaetón.
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Pero en si ¿qué es lo que les desagrada a estos paladines de la pureza musical? bueno, cuando se les cuestiona al respecto su principal argumento es que estas dos encarnaciones de la música popular incitan a la violencia y a la misoginia (como si catalogar a alguien como “naco” fuera algo lleno de buena voluntad).
Pero bueno, no quiero romper la ilusión de pureza de muchos rockeros/metaleros de boutique pero por los factores de su concepción y el contexto en el que surgió, el rock es uno de los géneros más violentos y misóginos que hay ¿Por qué? Bueno es bien simple, para romper con la brecha generacional, el rock and roll necesitaba esa fuerza violenta, y dado que surgió en una época en el que la mujer era considerada como un objeto, pues era bien normal que en las canciones se hablara de violaciones, asesinatos y sumisión como parte del romance (lo cual, no ha cambiado mucho a la fecha).
- Jerry Lee Lewis lo hacía: «Put on you’re red dress baby we gonna go out tonight and I’m gonna sharpen up my razor ‘cause some cats might wanna fight».
- Los Beatles lo hacían: «You better run for your life if you can, Little girl, hide your head in the sand, Little girl, catch you with another man, that’s the end, Little girl».
- Elvis lo hacía: «Girls sailin’ sail boats, girls wáter skiin’ they’ll drive me out of my mind. Girls big and brassy, girls small and sassy, just give me one of each kind».
- Incluso Johnny Cash así de «mocho» como era lo hacía: «First time I shot her, I shot her in the side. Hard to watch her suffer, but with the second shot she died».
Esos son sólo unos pocos ejemplos de los llamados clásicos, por no hablar de sus predecesores y principales influencias. En 1934 Cliff Carlisle grabó “The Nasty Swing” que decía más o menos así: “Wind my motor, honey, I’ve got a doublé spring; place the needle in that hole and do the nasty swing”; en 1930, Gene Autry cantaba “now you can feel my legs and you can feel my thighs but if you feel my legs you gotta ride me high” en su canción “Do rigth daddy blues”; mientras que la canción “Farmgirl” de 1928 pregonaba “I plow her land and then I sow my seed. She loves her daddy because I’m long and hard”.
A finales del siglo XVIII, las baladas violentas eran muy populares sobre todo aquellas que hablaban de matar a las amantes como «The Berksire tragedy» («Little attention did I pay, I beat her more and more. I beat her till the blood run down») o “The jealous lover” («Down on her knees before him shep leaded for her life. Deep, deep into her blossom he plunged that fearful knife»).
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En cuanto al metal, bueno, creo que los ejemplos estarían de más, y no porque todas las rolas sean de lo mismo sino porque gran parte de la esencia del género tiene que ver con la individualidad que se consigue a través de la violencia (en el entendido de violentar la realidad para reinventarla) y la libertad que lleva implícita una sexualidad sumamente abierta.
Todos estos no son ejemplos rebuscados, eran y siguen siendo la media, porque la violencia y el sexo han sido desde siempre parte importante de la música, así que no tiene ninguna lógica que se argumente que un género es malo por hablar de estos temas, pues lo realmente importante es como los interpretamos: no porque una canción hable de asesinatos vamos a salir a matar a quien se nos ponga enfrente, hay que contextualizar y decodificar el mensaje de manera racional. La música no obliga a nadie a actuar de tal o cual manera, por violenta o misógina que pueda sonar a primera escuchada, las acciones dependen directamente del individuo y de su capacidad de interpretar la realidad.
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Es cierto, con el paso del tiempo el rock se fue depurando, evolucionó hasta trascender esas barreras temáticas y descubrió nuevos horizontes así como maneras de hacer música, pero para ello mucho tuvieron que pasar muchos cambios, así que es lógico que géneros como el reggaetón, que es relativamente nuevo, suene tan primitivo, pero hay que dejarlo desarrollarse a su ritmo. En ese sentido, hay que comprender que todos tenemos gustos musicales diferentes, eso no nos hace ser mejores o peores que los demás, solamente es que tenemos soundtracks diferentes y en esa diversidad está ritmo de la vida. Que cada quien baile con lo que le de la gana.
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