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Published on octubre 14th, 2016 | by Esencia de Antes

¿Por qué Bob Dylan ganó el Nobel?

Desde que se anunció que el legendario cantautor norteamericano Bob Dylan era galardonado con el Premio Nobel de Literatura, la controversia se desató. ¿Cómo un cantante, un hacedor de canciones populares, podía ser siquiera considerado como un literato? Y sin embargo, si le preguntas a un fan de Dylan, esta premiación no genera ninguna extrañeza.

Vaya, era hasta un chiste recurrente entre los melómanos; y fue un galardón que hasta fue predicho, no por Mhoni Vidente; si no por expertos como el poeta chileno Nicanor Parra, quién en el año 2000 dijo que Bob Dylan merecía el premio Nobel de literatura tan solo por tres versos. A saber: “My father is in the factory and he has no shoes/ my mother is in the alley looking for food/ and I’m in the kitchen with the thumb stone blues». Para Nicanor Parra esos tres versos importaban «por su falta de pretensión artística. Es realismo real, con la fábrica, el callejón y la cocina, donde está el niño solo con los thumbs blues».

Bob Dylan

Imagen vía http://cultura.elpais.com/

Si se analiza fríamente, tampoco es una sorpresa que la Academia Sueca lo haya considerado desde ya hace tiempo como una posibilidad, Incluso midiendo el posible impacto en el mundo literario. Técnicamente, el buen Robert Zimmerman ha publicado libros, obras que han sido reconocidas y comentadas. Tarántula es quizás su publicación más emblemática, pues recopila una serie de escritos que datan de mitad de los años 60’s; aunque su publicación fue retrasada hasta 1971 a causa del accidente en motocicleta que el poeta/cantante tuvo en el 66.

El libro sigue la tradición de un Allen Ginsberg o de un Jack Kerouac (Paladines de la corriente Beatnik), esto es, un monologo interior, guiado y controlado por el instinto más primigenio del hombre, buscando sacar múltiples pensamientos y sentires, navegando en un “stream of consciousness”. Modelo inspirado por el psicoanálisis y que Dylan retomó para su visión particular en dicha obra escrita. Se dice que él no planeaba que ese libro se editara; que era solo un proyecto, un experimento.

Al final, por presiones comerciales fue editado. La crítica desdeñó “Tarántula”, como desdeñaba todo lo que oliera a cantantes folks, estrellas de rock, o de pop. Oficialmente Bob Dylan era un “poeta maldito” e incomprendido; aunque no uno precisamente “subterráneo”. El autor dejaba en claro que su tarea era ir a la “raíz”, a lo básico, a narrar en versos, hablar de las epopeyas y tragedias; pero de su época. Las batallas y las inconformidades del atribulado siglo XX.

Hay otros libros de Dylan -tampoco son más de cinco sus obras publicadas-, otras andanzas, muchos discos -letras- y pensamientos que él maestro ha diseminado a lo largo de los años y que han influenciado decididamente a cientos de artistas. Creo que eso, ser tan influyente, le debe dar puntos “dorados” en cualquier premiación.

Y aquí existe otro simbolismo: el premio al espíritu de los años 60’s, a la contracultura de la época, a su música y su poesía libre, retadora, alocada, chillona, que protesta, mística y jodidamente real. Y a un representante que desde el principio se convirtió en estandarte de ese sentir, el representante más ”noble”, en el sentido de combinar letras profundas y poesía cantada de forma magistral, y que encima utilizaba un compendio de la música americana más destacada para proyectar su arte, su esencia. La gente hizo suyas sus canciones, sus palabras, tarareaba sus himnos. El autor ya había sido “laureado” espiritualmente desde entonces.

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Joan Baez y Bob Dylan. Imagen vía wikipedia.org

Y así es como años después, de manera atrasada para muchos, el máximo premio de la literatura es otorgado a Dylan, un “no escritor”, quien decidió plasmar sus inquietudes en la música; pero que terminó influenciando a cientos de escritores. Pregunten sino al mismísimo Haruky Murakami, excelente escritor japonés que ahora es acusado de ser solo un sempiterno competidor por el nobel en ese mismo rubro, gran nominado; pero “nunca” ganador, y tachado de “cruzazulear” feamente. Murakami -entre muchos otros novelistas de su generación- no puede negar la influencia y el peso de Dylan… influencia en letras, en música, en la forma de hacer y decir las cosas -“en eso y en todo, maldita sea”-.

Con el premio Nobel a Bob Dylan gana la cultura del rock y del folk americano, la cultura contestataria de los años 60’s.

Por supuesto que no es un escritor tradicional, y eso enerva a los escritores profesionales, la justificación de la academia es bastante plausible -aunque a muchos les parezca que se la sacaron de la manga-: «Por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana”. ¡Pum! Aunque no le guste a los escritores que intentan trascender y aportar con sus letras».

Parecen olvidar que la poesía, la narrativa y el canto nacieron entrelazados, juntos en el origen. ¿El cantar del mío Cid? ¿No se inspiró Cervantes en coplas arcanas y “pasadas de moda”? ¿No se supone que “Piedra de Sol” de Octavio Paz es un canto -a la vida-? El Premio Nobel parece ser un templo sagrado, por eso tanta crítica, hay defensores de la santa lengua; claro que no cualquiera puede entrar; pero ya Bob Dylan tocó las puertas del “templo” y estas se abrieron ante el para que ocupe su puesto señalado en el Olimpo de las letras.

Bob Dylan

Imagen vía pinterest.com

El único error de la Academia Sueca es haber tardado tanto en reconocer a un poeta universal. Es refrescante ver que “las autoridades” del tema aceptan que no todas las letras valiosas están en forma de libros. Que estas ideas y conceptos también están contenidas en otras formas, siempre en ebullición, materializadas por autores versátiles. En ese sentido ¿Quieren “leer” un “libro” de Dylan, uno bueno? Ahí están “Blonde on Blonde” o “Blood on the Tracks” ¿Quieren una narrativa un poquito más intimista y “costumbrista”? Ahí están “Slow Train Coming” o “Modern Times” ¿Quieren un retrato/collage de los turbulentos tiempos que vivimos? Ahí están “Time Out of Mind” y “Desire”. En fin, celebremos al laureado con lo más desgranado de su obra. Que este premio es para todos aquellos a quienes Dylan les ha cantado: para el rebelde, para “la gente de a pie”, para el trabajador, para las mujeres, por la libertad, y para protestar en contra de “los amos de la guerra”

Texto: Isael Serra
Portada: http://www.perronegrorocks.com

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